El pequeño aunque entusiasta movimiento skate de Cuba obtuvo un nuevo espacio ayudado por un cubanoamericano dueño de una tienda especializada en patinaje.
Según reporta la agencia AP, con pequeñas donaciones de particulares y de un puñado de asociaciones benéficas, René Lecour y un grupo de patinadores cubanos levantaron rampas de concreto en el interior de un gimnasio abandonado del complejo educativo de Ciudad Libertad, antiguas barracas militares que el difunto Fidel Castro ordenó transformar en un centro escolar después de 1959.
Lecour, de 50 años, comenzó a viajar a Cuba hace casi una década y su grupo, Amigo Skate Cuba, se ha convertido en una pieza clave para la pequeña comunidad de patinadores extranjeros que han intentado abastecer de tablas y otros equipos a sus colegas en la Isla.
Para la gran inauguración del parque de patinaje, varios grupos musicales ofrecieron breves conciertos gratuitos y jóvenes deportistas recibieron 60 patinetas donadas, nuevas o restauradas. La edad de los asistentes oscilaba entre los ocho y los 50 años. Las instalaciones se usan a diario y en junio está prevista una convención nacional de skaters cubanos.
Las autoridades deportivas cubanas en los últimos 15 años han tolerado la disciplina, animando incluso en alguna ocasión a practicarla.
Hace más de una década, el Gobierno permitió la creación de unas instalaciones similares, ahora deterioradas, en el Parque Metropolitano, pero no existe federación oficial para este deporte ni tiendas en las que comprar las patinetas, que además tendrían un precio prohibitivo para la mayoría de los cubanos.
Al parecer, esta disciplina del patinaje comenzó con apenas un puñado de seguidores en la década de 1980 y ahora tiene cientos de entusiastas, aunque el número exacto se desconoce. Se reúnen en varios puntos de La Habana.