El general Raúl Castro recibió en la tarde de este sábado al nacionalista puertorriqueño Oscar López Rivera, que estuvo preso 36 años en EEUU, y que se encontraba de visita en la Isla desde hacía varias semanas, informa la web oficial Cubadebate.
El general y López Rivera recordaron al difunto Fidel Castro, de cuyo fallecimiento se cumplió un año este sábado.
Además, en la reunión se reafirmó el "derecho inalienable" de Puerto Rico a la "libre determinación y la independencia", y López Rivera resaltó la importancia de la "unidad" como vía para lograr la descolonización de su país, que es un estado asociado de los Estados Unidos.
En el intercambio también participó el espía de la Red Avispa y presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), Fernando González, quien compartió celda con López Rivera durante cuatro años.
De acuerdo con un reporte de la oficial Agencia Cubana de Noticias (ACN), López Rivera fue despedido este domingo en el aeropuerto internacional José Martí por Fernando González Llort.
Al despedirse de Cuba, el puertorriqueño dijo que su estancia "ha sido más feliz, más intensa y mucho más gratificante" de lo que esperaba.
Durante su permanencia en la Isla, López Rivera fue condecorado con la Orden de la Solidaridad, conferida por el Consejo de Estado de Cuba, y también recibió la Orden de la Solidaridad Mehdi Ben Barka, otorgada por la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina.
Su agenda en Cuba incluyó encuentros con estudiantes universitarios y un recorrido por varias provincias, donde visitó centros culturales e históricos, como la casa natal de Fidel Castro en Birán (Holguín), y el Mausoleo donde están los restos de Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, así como la tumba de Fidel Castro, entre otros.
El puertorriqueño se sumó en 1976 a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), una formación que en la década de 1970 cometió actos de sabotaje para favorecer la independencia de Puerto Rico, en especial en el área de Chicago, y a la que se le atribuyen cuatro muertes y ataques con explosivos.
Fue detenido en 1981 y sentenciado a 55 años de cárcel por los cargos de conspiración sediciosa contra el Gobierno estadounidense, uso de la fuerza en robo, transporte de armas y de explosivos con la intención de destruir propiedad gubernamental.
A su condena se añadieron otros 15 años en 1991 por un intento de fuga. En 1999 rechazó el indulto que concedió Bill Clinton, por considerar que no debía aceptarlo mientras no se extendiera también a otros dos de sus compañeros presos por formar parte del FALN.
El pasado 17 de enero, el entonces presidente estadounidense Barack Obama conmutó la condena de López Rivera, quien fue liberado en mayo.
Pocos días después de su liberación, Raúl Castro envió una carta a López Rivera en la que lo felicitó y lo invitó a visitar Cuba.