La petrolera estatal rusa Rosneft dijo que planea aumentar los suministros de petróleo, la extracción y la modernización de la refinería Cienfuegos, informa Sputnik News.
El director ejecutivo de Rosneft, Ígor Sechin, trató "las perspectivas de la cooperación" en una reunión de trabajo con el ministro de Energía de Cuba, Alfredo López, y el embajador cubano en Moscú, Emilio Lozada García.
El ministro de Energía ruso, Alexandr Nóvak, dijo en mayo que Moscú podría aumentar el suministro del petróleo a Cuba "si encuentra la financiación necesaria".
En mayo un petrolero ruso con 249.000 barriles de crudo y productos refinados llegó a Cuba, después de más de una década sin transacciones de este estilo.
El monto de la transacción fue valorado en unos 100 millones de dólares a precios de mercado, pero analistas consultados por EFE aseguraron que Cuba —cuya economía decreció un 0,9% en 2016 y entró en recesión— no dispone de liquidez para afrontar esos pagos.
"Me llama la atención el acuerdo porque Rusia no tiene una economía tan boyante como para regalar petróleo a Cuba. Y con la importante caída de ingresos por exportación, Cuba no tiene con qué pagar", declaró el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh.
Además de la caída de las exportaciones, el detonante de la situación en Cuba ha sido la grave crisis en Venezuela, principal aliado político y comercial de La Habana desde 2003.
El país está inmerso en una crisis de combustible. En el primer semestre de 2017, los envíos de crudo y combustibles de Venezuela al Gobierno cubano cayeron casi un 13%.
Los cargamentos de petróleo de Venezuela a la Isla han estado cayendo desde 2008, cuando alcanzaron un pico de 115.000 bpd, debido sobre todo a un declive en las exportaciones de crudo y al mal estado de las refinerías venezolanas.
Gracias a los pactos, Cuba ha recibido un flujo significativo de petróleo venezolano en los últimos años, mientras que La Habana ha enviado a Caracas médicos y profesionales de otras especialidades, como entrenadores deportivos, que trabajan en condiciones de semiesclavitud.
A finales de 2016, el general Raúl Castro pidió al presidente ruso, Vladímir Putin, que asegurara el suministro de petróleo y productos derivados a la Isla. En mayo Moscú comunicó que solo abastecería de más petróleo a La Habana si encontraba financiación.