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Salud

'Te cansas de ser esclavo'. Decenas de médicos cubanos en Brasil quieren romper con La Habana

Al menos 150 han presentado demandas ante los tribunales para impugnar el acuerdo que los llevó al país.

Río de Janeiro

En un raro desafío colectivo, decenas de médicos cubanos enviados a Brasil están intentando romper lazos con el Gobierno de Raúl Castro y liberarse de lo que muchos califican como una "forma de trabajo esclavo", informa el diario estadounidense The New York Times.

La venta de los servicios de los médicos es la principal fuente de ingresos del Gobierno cubano, que retiene hasta el 75% de lo que pagan los países de destino por el trabajo de estos profesionales.

Pese a la pequeña parte que reciben, la mayoría de los trabajadores de la Salud acepta estas misiones para mejorar sus ingresos, que en la Isla no superan los 70 dólares al mes en el caso de un médico especialista de segundo grado.

El diario estadounidense señaló que un número creciente de profesionales que trabajan en Brasil se está rebelando.

En el último año, al menos 150 de estos trabajadores han presentado demandas en tribunales brasileños para impugnar el acuerdo que los llevó al país, exigiendo ser contratados de manera independiente y recibir sus salarios completos, indicó el reporte, firmado por Ernesto Londoño, a quien se atribuye la campaña editorial que realizó The New York Times por la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana.

"Cuando sales de Cuba por primera vez, descubres muchas cosas para las que habías estado ciego", dijo Yailí Jiménez Gutiérrez, quien está entre los médicos que ha presentado demandas. "Llega un momento en que te cansas de ser un esclavo".

Durante décadas profesionales, artistas y deportistas cubanos han aprovechado los viajes al exterior para escapar del país, pero las demandas en Brasil representan una inusual coyuntura que afecta no solo la forma en la que el Gobierno consigue mayores ingresos, sino también a una de las principales vías que utiliza para su propaganda: presentar al país como una potencia médica que ayuda del mundo.

Los médicos que abandonan misiones en el exterior no tienen ya la posibilidad de viajar a Estados Unidos a través del programa de refugio que existió para ellos hasta enero pasado y fue eliminado por Barack Obama poco antes de dejar la Presidencia.

"El final del programa fue un gran golpe para nosotros", dijo Maireilys Álvarez Rodríguez, otra de las profesionales que han presentado demandas en Brasil. "Esa era nuestra salida".

El final del programa de refugio significa que el futuro de estos doctores está en manos de los tribunales de Brasil. Estos, en su mayoría, han fallado contra los cubanos, pero algunos jueces han decidido que los médicos puedan trabajar por su cuenta y que se les pague directamente.

El desafío de estos médicos los pone en riesgo de seria persecución por parte del Gobierno, incluida la imposibilidad de volver a la Isla y reunirse con sus familias en años.

El Gobierno brasileño ha apelado los casos que los profesionales de la Isla han ganado.

"No hay injusticia", dijo el ministro de Salud brasileño, Ricardo Barros. "Cuando firmaron el contrato estuvieron de acuerdo con los términos".

Maireilys Álvarez admitió que cuando ella y su esposo, el también médico Arnulfo Castanet Batista, firmaron el contrato en 2013, les pareció atractivo.

La pareja tuvo que dejar en la Isla a sus hijos, pero cada uno ganaría el equivalente en reales brasileños a unos 1.400 dólares al mes (ahora 908), una cantidad enorme comparada con los 30 dólares mensuales de sus salarios en Cuba.

A través de la Organización Mundial de la Salud, una agencia de Naciones Unidas, Brasil paga a La Habana 3.620 dólares al mes por cada profesional que participa en el programa Más Médicos, lanzado por la expresidenta Dilma Rousseff. Unos 18.000 cubanos han hecho estancias en Brasil; aproximadamente 8.600 permanecen en el país.

La ONU ha considerado un éxito el programa, que ha llevado médicos a lugares remotos, y ha dicho que podría beneficiar a cualquier país que decida aplicarlo. Pero algunos profesionales cubanos advierten que algo así perpetuaría una injusticia.

Álvarez dijo que ella y su esposo comenzaron a sentirse incómodos con su contrato tras comparar sus condiciones con las de médicos de otros países que participan en el programa y reciben sus salarios completos.

"Pueden estar con sus familias, traer a sus hijos", dijo la doctora.

"Nuestra educación (en Cuba) es gratis, la salud es gratis, pero a qué precio", apuntó Yailí Jiménez, de 34 años, quien trabaja en el estado de Minas Gerais. "Terminas pagando por ello toda tu vida".

Los médicos cubanos descontentos con sus contratos formaron un grupo en WhatsApp. El abogado André de Santana Corrêa dijo que recibió numerosos mensajes de cubanos repartidos por todo el país que le pedían ayuda.

Después de analizar los contratos, De Santana concluyó que no respetaban los derechos protegidos por la Constitución brasileña.

No obstante, el juez federal que llevó el caso de la doctora Anis Deli Grana de Carvalho, casada con un brasileño, falló en su contra, considerando que permitir que los médicos cubanos dejen sus contratos plantea "riesgos indebidos en las esferas política y diplomática".

Las autoridades cubanas, que suelen mantener un fuerte control sobre los profesionales enviados al exterior, han presionado a los médicos descontentos.

Según The New York Times, varios profesionales que presentaron demandas dijeron que fueron convocados y despedidos de manera fulminante. El Gobierno cubano les dio a elegir entre subir a un avión en 24 horas y regresar a Cada o enfrentarse al exilio durante ocho años.

La mayoría de los médicos que han presentado demandas por sus contratos abusivos las ha perdido.

Jiménez dijo que está desempleada desde que fue despedida en junio y no puede entrar a Cuba durante los próximos ocho años.

Álvarez y su esposo están entre los afortunados que pudieron conservar sus empleos y recibir sus salarios completos. También se las arreglaron para que sus hijos pudieran reunirse con ellos en Brasil.

"Es triste dejar a tu familia, tus amigos y tu patria", dijo Álvarez. "Pero aquí estamos en un país donde eres libre, donde nadie te pregunta a dónde vas, o te dice lo que tienes que hacer. En Cuba, tu vida es dictada por el Gobierno".

El abogado De Santana dijo que espera que el caso llegue al Tribunal Supremo de Brasil, pero el trabajo de esa instancia está tan atrasado que la solución para los cubanos podría demorar años.

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