El Gobierno afirmó que durante los últimos cinco años se produjeron en la Isla 56.605 accidentes de tránsito, con un saldo de 3.696 fallecidos, 42.171 lesionados, y pérdidas económicas estimadas en 2.500 millones de pesos (CUP), y admitió que entre los "factores de riesgo fundamentales" de estos incidentes están el mal estado de vehículos y carreteras, recoge el diario oficial Granma.
El teniente coronel Yuniel de la Rosa Hernández, jefe de departamento de la Dirección Nacional de Tránsito (DNT) dijo el lunes que en el fenómeno inciden "la escasa percepción de riesgo por parte de la población; la existencia de un parque vehicular envejecido, con limitaciones técnicas y de seguridad; deficiencias en el estado de la infraestructura vial y de la señalización, entre otros".
No obstante, al referirse a la mortalidad, declaró que sus "principales causas" radican en la "conducción de vehículos a exceso de velocidad o bajo los efectos del alcohol; los animales sueltos en la vía y el no respeto al derecho vial".
Para intentar reducir los índices de mortalidad en estos sucesos, el oficial señaló que en este período se realizaron "ajustes de tiempo en diferentes intercepciones semaforizadas; se remarcaron los pasos peatonales y donde fue posible se amplió el separador central de 50 centímetros a un metro, lo cual aumenta la zona de seguridad".
Añadió que se han "aplicado con mayor rigor" los requisitos para "la tenencia de la licencia de conducción, el uso correcto del casco de protección y medidas contra el exceso de pasaje" y disminuir la implicación de motos y ciclomotores en los accidentes.
En el caso de estos vehículos, un casco constituye la diferencia entre la vida y muerte ante colisiones o simples caídas. Deben cumplir ciertos requisitos técnicos para cumplir de forma eficaz su cometido. Mínimo, deben ajustarse a las medidas de quien los lleva y llevarse abrochados.
En la Isla los motoristas andan con los cascos que se puedan "conseguir", ante la escasez y la carestía de los homologados. Se ven circular conductores hasta con cascos de peloteros o de constructores, que no cumplen las exigencias requeridas.
Según De la Rosa, también "se aplican con mayor rigor las inspecciones técnicas a los vehículos; se incrementaron las acciones contra conductores que circulan bajo los efectos del alcohol y se trabaja para lograr un perfeccionamiento de la educación vial y divulgación de estos y otros temas".
El funcionario lamentó que los "resultados en el enfrentamiento a la accidentalidad, aunque no figuran entre los más desfavorables mundialmente, no están aún al nivel de otras actividades dirigidas fundamentalmente a proteger la vida de las personas" y puso como ejemplos lo alcanzado "en materia de salud, tranquilidad ciudadana o ante desastres naturales".
Aseguró que el Gobierno concede "el máximo de prioridad a este tema, teniendo en cuenta su incidencia, en primer orden, en la vida de los seres humanos, la sociedad y la economía del país".
Sin embargo, el mejoramiento de las vías y el parque vehicular —que en el debate de este mes de la Asamblea quedó relegado a causas secundarias—, continúa siendo una asignatura pendiente para poder reducir los altos índices de accidentalidad en la Isla.
Estos sucesos son la quinta causa de muerte en Cuba y la primera en el grupo de edad comprendido entre los 15 y 29 años, según estadísticas oficiales.
Las medidas adoptadas por las autoridades para evitar estos accidentes siguen estando reducidas a campañas promocionales en la televisión estatal, el aumento de la señalización, el establecimiento de límites máximos de velocidad en determinadas avenidas y la introducción de medios técnicos como la pistola radar o semáforos modernos en vías muy importantes.