La Aduana General de Cuba (AGR) incautó en los primeros cinco meses de este año 32,59kg de drogas, un volumen superior con respecto a 2016, "a pesar de que son ahora más sofisticados los métodos de ocultamiento empleados para burlar el control en la frontera cubana", informaron el miércoles en La Habana funcionarios de esa institución.
Según recoge el diario oficial Granma, Moraima Rodríguez Nuviola, subdirectora de Enfrentamiento de la AGR, precisó que las sustancias han sido "principalmente detectadas por la vía aérea, en pasajeros que la introducen en alimentos, adherida al cuerpo, ingerida, al interior de equipos electrodomésticos".
Explicó que "debido a que en algunos países hay drogas (como la marihuana), que están siendo despenalizadas, muchos viajeros intentan ingresar a la Isla con pequeñas proporciones para su consumo personal".
"Creen que eso les da aval para entrarla a Cuba, y no es así. Acá se les levanta un acta de advertencia y se les pone una multa", añadió Rodríguez.
Para William Pérez González, vicejefe de la AGR, el aumento de la incautación de drogas "no está relacionada con el aumento de los viajeros en el 2017, que en lo que va de año suman 2,4 millones".
Tal comportamiento, argumentó, responde a las características geográficas de la Isla, ubicada entre la región sur y norte de América que "generan ventajas en la entrada de sustancias ilícitas al país".
Otra tendencia que, junto a las drogas, continúa en crecimiento es la entrada y la salida del país de armas, sus partes y municiones.
Nelson Cordovés Reyes, vicejefe primero de la Aduana, dijo que se han detectado armas fulminantes, revólveres, pistolas, proyectiles, granadas, manoplas y gases neutralizantes y neuroparalizantes.
La oficial Prensa Latina puntualizó que fueron 32.000 unidades de armas y municiones.
La institución registró 426 acciones de contrabando de medicamentos, tabaco, partes de piezas de motos, así como 354.000 dólares ocultos en el doble fondo de una maleta.
Los funcionarios también se refirieron al incremento de la detección de materiales con contenidos que el régimen denomina "subversivos" y que asegura están dirigidos a "la contrarrevolución".
La Aduana puso como ejemplo "discos, libros, y artefactos destinados a recepcionar la señal de Radio y TV Martí".