El 57% de los alimentos producidos en la Isla se pierde entre las fases de cosecha-postcosecha y de distribución a los mercados interiores y las ciudades, reveló un informe de la organización no gubernamental de ayuda al desarrollo Mundubat acerca del sector agropecuario cubano.
Esta situación agrava las dificultades alimentarias de la Isla, donde la producción nacional sólo cubre el 20% de las necesidades de la población y obliga al Gobierno a importar el 80% restante, señala la ONGD con sede en el País Vasco, España.
Mundubat coopera con entidades estatales desde 1993, entre ellas la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Asociación Cubana Producción Animal (ACPA) y la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF).
El más reciente informe pretende ayudar a estas organizaciones a "mejorar la eficiencia de la cadena de valor del sector lácteo en la Habana del Este, y del sector horto-frutícola en Contramaestre, Santiago de Cuba, y garantizar la calidad y seguridad de los sistemas de abastecimiento de mercados rurales y urbanos".
"Cuba está entre los países con una agricultura de más bajos rendimientos en América Latina", añade Mundubat, que atribuye esta cuestión a factores como "la vulnerabilidad de los sistemas de producción ante los efectos del cambio climático", entre otros.
"Heredan sistemas intensivos de producción que poco a poco en las dos últimas décadas se han ido reorientando hacia la sostenibilidad, pero que han dejado problemas importantes en el ecosistema agrario; suelos degradados y con bajos índices de materia orgánica", menciona.
También habla de la "elevada incidencia de plagas y enfermedades, alta salinidad, compactación del suelo y sobrepastoreo en determinadas áreas e invasión de malezas y zonas arbustivas (marabú) en otras zonas de pastizal, contaminación por purines (desechos orgánicos) y una mala gestión energética de las fincas tanto agrarias como ganaderas".
La ONGD se refiere, asimismo, a cuestiones que limitan aún más la producción como "los equipamientos obsoletos, la escasa inversión en tecnología apropiada y limpia, el acceso limitado a insumos productivos adecuados".
Mundubat considera que la oferta final al consumidor es "insuficiente e inestable", con precios crecientes, que no satisface la demanda de alimentos de la población.
"Las distintas unidades productivas no satisfacen las demandas internas. La baja e inestable disponibilidad de alimentos a lo largo de todo el año y precios fluctuantes al alza debido a la inestabilidad de la oferta caracterizan el abastecimiento de alimentos", precisa el informe.
Expone como causas "las pérdidas en la producción en la fase de la cosecha" y " la existencia de medios de transporte en muy mal estado que no aseguran la calidad final del producto", así como la inflexibilidad en la política de calidad-precio establecida por el Gobierno para la fase de la distribución.
Para Mundubat, hasta el momento de publicado su evaluación, el 19 de mayo 2017, "los rendimientos del sector están estancados o han decrecido ligeramente".
"En la medida en que el sector agrícola no aumente sus rendimientos y explote su potencialidad productiva, la economía tendrá que asumir importantes erogaciones para poder suplir su demanda interna, que en años recientes se han traducido en un aumento de las importaciones de alimentos, situando a la economía en una situación cada vez más vulnerable desde el punto de vista de garantizar la seguridad alimentaria de las familias", concluye.