Desde hace varios años, campesinos de San Germán, Holguín, se quejan de delincuentes que roban sus caballos para exigirles rescates. Algunos han sido víctimas de esos delitos en múltiples ocasiones y han perdido miles de pesos para recuperar sus animales.
Mientras la Policía no parece ocuparse del problema, el "negocio" de los ladrones se consolida.
"En enero de este año me robaron mi caballo, que está valorado en 7.000 pesos (moneda nacional)", cuenta Ramón Domínguez Rodríguez. "No sé cómo ni de qué se valieron para sacarlo de la corraleta, que está hecha de tuberías y cabillas de una pulgada y tiene un candado que le pongo todos los días. Lo peor es que tuve que dar 2.000 pesos para recuperarlo".
"He sido víctima en 22 ocasiones", asegura por su parte Manuel Domínguez González, de 67 años de edad y con limitaciones visuales. "La primera vez me robaron un caballo y tres yuntas de bueyes. No pude salvar a las reses. Tuve que dar 2.000 pesos para tener de vuelta mi caballo. Un joven de unos 30 años a quien le dicen Tinti fue quien me prometió que lo traería, y cumplió".
"Solo habían pasado 18 días y me volvieron a robar el mismo caballo con una volanta", continua Domínguez González. "Y qué coincidencia que el propio Tinti vino a mi casa y me dejó un papel enganchado en la portería que decía: 'Si no entregas el dinero hoy, tú caballo se va del aire'".
"Cogí valor y fui para la estación policial. Entregué el papel, pero el muchacho fue preso por otro caso, no por el mío; o sea, que no denuncio más. Ahora me vi obligado a poner la corraleta pegada a mi casa, aunque me asfixie junto a mi esposa, pues ya supe que el joven está al salir de la cárcel", agrega.
"Pero no solo ha sido conmigo, también a mi nieto, Geramil Pérez Domínguez, le robaron un potro nuevo que yo le regalé y le pidieron 1.500 pesos que tuve que sacar de mi bolsillo para no perder los 5.000 en los que estaba valorado".
Un joven campesino del barrio Los Quintos asegura que los ladrones le robaron cuatro caballos.
"Tuve que moverme rápido", explica entre lamentos y pide no ser identificado. "Por suerte, siempre aparece el intermediario a decir lo que piden los ladrones".
"Me exigían 13.000 pesos. Les pedí que bajaran algo y finalmente me lo dejaron en 11.000", añade.
"Nadie sabe lo que uno tiene que hacer. Hasta una puerca paridora vendí. Pero ya tengo mis animales sanos y salvos; tienen un valor total de 36.000 pesos", comenta. "Tampoco puedo ir a la Policía y denunciarlos porque, en primer lugar, no conozco a los asaltantes y, en segundo, los propios oficiales te dicen: 'Dales lo que te piden y recuperas lo tuyo'. Y, lo peor, si los malhechores se enteran de que fuiste a la estación policial, matan al animal y venden la carne".
Ramón Domínguez afirma que la noche en que le robaron su esposa estaba despierta, pero como los ladrones llegan dispuestos a todo prefirió no levantarse. Recordó un caso del barrio La Alegría, donde los delincuentes, al no poder robar el animal, lo sacrificaron dentro de la corraleta.
Algo así le pasó a Elcio Batista, quien perdió dos caballos y desde entonces duerme con las ventanas abiertas y vigilante.
Los entrevistados coinciden en que en el caso del ganado vacuno es difícil recuperar los animales. Los delincuentes obtienen más ganancias sacrificando las reses y vendiendo la carne ilegalmente a un precio de entre 15 y 20 pesos la libra en zonas rurales y a entre 30 y 35 pesos en las ciudades.