Recientemente fueron retiradas los guardianes de la Dirección de Seguridad Personal que durante 58 años bloqueaban el tráfico de transeúntes y vehículos por la calle 11, entre 10 y 12, en el Vedado. El punto popularmente conocido por "la posta de Celia Sánchez", dado que la heroína revolucionaria residía en esta dirección, aún mantiene los remanentes de la guarnición conocida por Departamento Uno, unidad élite del Ministerio del Interior (MININT) que protegía al extinto líder, Fidel Castro, quien falleció el pasado 25 de noviembre a la edad de 90 años.
Ya los peatones y vehículos pueden circular libremente por la calle.
Con apenas cuatro edificios multifamiliares y tres casas ―entre las que se distribuyen oficinas, barracas y un círculo infantil― la cuadra también contenía un circuito cerrado de vigilancia, garitas y cadenas para bloquear el tránsito. Durante años en la intersección de las calles 12 y 11 funcionó una luminaria intermitente para alertar a los choferes; más tarde instalaron un semáforo que entorpecía el tránsito y fue retirado por su inutilidad. Según cuentan algunos vecinos, hace décadas un automóvil franqueó la posta por error y los guardianes abrieron fuego, hiriendo a los tripulantes.
La guarnición mantiene conexión con una antigua sucursal bancaria (Línea, entre 10 y 12), que funge como archivo de la Comisión de Historia del Consejo de Estado. Igualmente, tiene acceso a una nave de hormigón armado, herméticamente cerrada, donde supuestamente existe un gimnasio con sauna, piscina y áreas de estar, antaño destinadas exclusivamente al uso de Fidel. Acorde a relatos, en una ocasión fueron trasladadas dos vacas a este recinto para que Castro observara su ordeño mecánico, en tiempos en que los científicos experimentaban con ejemplares obtenidos por ingeniería genética, los archiconocidos F-1 y F-2 (Fidel-1 y Fidel-2). Celia procuraba que el líder se sintiera placenteramente en su predio de la calle 11.
En vida, Sánchez controlaba quienes podían ser sus vecinos más allá de la calle 11, identificados en su mayoría como coterráneos del municipio Media Luna en Manzanillo, actual provincia Granma; combatientes del Ejército Rebelde; hijos de mártires; integrantes de la escolta de Castro; militantes del Partido Socialista Popular (pericones); familiares y amistades.
"La zona se inundó de chivatos", alegan antiguos vecinos de la comarca.
Todas las viviendas que se desocupaban engrosaban el inventario personal de Celia, al que llamaban "zona congelada". Tras su muerte, el control pasó al MININT. También se mantuvieron las medidas de seguridad, que imponía a los residentes en la calle informar a la guarnición y puntualizar las generales de los familiares y personas que les visitarían.
Para los colindantes, la posta de Celia era una suerte de barómetro que indicaba el estado de salud de Fidel, evidenciado por frecuentes y bruscas entradas y salidas de los guardias. Como sucedió a finales de julio del 2006, cuando una hemorragia intestinal sacó del poder al dictador. Antes de morir Castro procuró que al personal de su escolta más cercano a él se le entregaran motos y automóviles para su uso personal.
Para los vecinos consultados, "la posta de Celia" representaba un rezago del pasado, estrechamente vinculado al castrismo.