Varios presos y familiares han denunciado que el régimen envía reclusos a campamentos de trabajo forzado para "producir carbón que luego se exporta", asegura la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
Alfredo Tejeda, quien salió de prisión en Las Tunas el pasado 2 de enero, dijo a DIARIO DE CUBA que "se encontraba en un campamento de trabajo forzado", donde pasó "cinco meses".
"Allí se trabaja en el carbón y se exige que el carbón sea bueno porque es para la exportación del país", explicó.
Otro preso, Ángel Frómeta Lobaina, declaró en un vídeo en el canal de UNPACU que estuvo un mes en el campamento Ciro Frías, del municipio guantanamero Manuel Tames trabajando con el marabú y dijo que se sabía que el carbón iba a "ser exportado".
"Después de que se hace el carbón, van unos carros del Ministerio del Interior, unos carros grandes rojos, a cargar ese carbón. Parece que lo traen y lo depositan en algún lugar, para después exportarlo para afuera, a otro país", explicó.
También agregó que "iban tenientes coroneles y coroneles a darles reuniones a los internos, que se esforzaran haciendo el carbón, que se acordaran que era el dinero para sus familiares, que eran cinco días de pase al mes si cumplían la meta de una tonelada de carbón por preso al mes".
José Daniel Ferrer, líder de la organización con la mayor cantidad de presos políticos en la Isla, 54 en estos momentos, señaló a DIARIO DE CUBA que ha tenido testimonios de familiares de activistas encarcelados y de otros presos comunes que "corroboran" que "el carbón de los campamentos de trabajo forzado es para la exportación".
Asimismo, señaló que Adael Muñoz Guerrero, miembro de UNPACU, "condenado por no pagar multas arbitrarias puestas por su activismo", ha afirmado lo mismo y que "su familia ha dado testimonio de ello".
"Hay un gran número de presos que están siendo llevados para estos campamentos forzados a cortar marabú para hacer carbón para vender (...) a Estados Unidos, Europa, a varios países", señaló Ferrer.
"Sabemos hace mucho tiempo que el carbón de estos campamentos es para la exportación, no lo habíamos dicho antes porque no teníamos la confirmación de boca de los mismos oficiales. Ahora los oficiales del Ministerio del Interior están yendo a darles charlas a esos reclusos como la siguiente: 'Tienen que esforzarse porque ese carbón es para la exportación y tiene que ser de la mejor calidad, ese carbón va a traerle al país ganancias que son utilizadas para la Salud Pública, que son utilizadas para ustedes mismos para darles sus productos de aseo'. Nos dicen esto desde Las Tunas, Contramaestre, Granma", agregó.
Tejeda criticó las "condiciones infrahumanas y degradantes" de los campamentos.
"Se trabaja hasta tardísimo, muchas horas. Se juntan dos meses y no pagan. El alimento es pésimo y malo. Las condiciones en el campamento son pésimas: no hay colchones, ni dan ropa ni zapatos. El salario es mísero", contó.
Señaló que a los presos, las autoridades les hacen "falsas promesas": Les dicen "que el salario va a mejorar y las condiciones de vida van a ser mejores, pero todo cada día es peor".
Según dijo, "el salario es de 300 o 400 pesos al mes, cuando eso es un trabajo de día y noche".
"Los presos trabajan desde las 7:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde. Algunos para adelantar y por las promesas de cinco días (en lugar de tres) de pase a la casa trabajan de noche también. Los presos se esfuerzan trabajando y casi siempre son engañados", precisó.
En su campamento, explicó, había "cerca de 80 presos, la mayoría presos comunes y algunos llevan allí hasta dos años y pico".
Por su parte, Frómeta relató que "los reclusos cortan el marabú con hacha y con mocha. Algunos familiares llevan motosierra, porque allí no dan materiales".
Dijo, además, que a veces es necesario "dormir a la intemperie tres o cuatro días para cuidar el horno del carbón" y porque el recluso tiene que "cumplir la meta" de "una tonelada" de carbón al mes.
"Muchos familiares van al campamento y ayudan al preso para que pueda conseguir la meta", aseguró en el vídeo publicado por la UNPACU.
En el campamento de Frómeta, "la tonelada la pagaban a 700 pesos".
"Yo llegué a hacer una tonelada de carbón, porque mi familia me ayudó a pagar el alquiler de una motosierra. El que no cumple el plan, lo devuelven a la prisión", concluyó.
"El Ministerio del Interior no les da nada, ni hacha, ni sierra, ni lima. Para tener pase cada 25 días, los presos se matan para producir una tonelada de carbón al mes. Le dan una cantidad risible de dinero por un trabajo tan fuerte. No llega a 30 dólares lo que le pagan por esa tonelada que el Estado vende a 400 dólares", apuntó Ferrer.
El líder de UNPACU también explicó que en algunos de estos campamentos han instado a los presos a que "avisen cuando entre alguien con cámaras o teléfonos celulares para grabar" y han dicho a los reclusos que si "denuncian en noticias, no tendrían visitas, no jabas, no progreso penitenciario".
Los dos vídeos publicados en el canal de UNPACU en YouTube sobre las "condiciones infrahumanas" de los carboneros, "costaron prisión" a los que los filmaron, Jorge Cervantes y Eliecer Bandera Barrera, indicó la organización.
Según Ferrer, los presos "están bajo la amenaza de que de no cumplir la tonelada, serán trasladados a prisión de máxima seguridad. Por la presión y el premio de cinco días de pase a su casa, los reclusos hacen el esfuerzo posible por cumplir con la tonelada".
"Les exigen tanto porque el carbón es para la exportación. En las provincias orientales, en Santiago de Cuba, las escuelas al campo conocidas como Bungo 1 hasta el 11, tres de ellas han sido transformadas en campamentos de trabajo forzado. Tenemos constancia de que esto está pasando en Las Tunas, Granma, Guantánamo y Santiago de Cuba", concluyó Ferrer.