Habaguanex S. A., el conglomerado comercial fundado por Eusebio Leal y administrado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana (OHCH) que en 2012 fuera el epicentro de una campaña anticorrupción que estremeció los cimientos del casco histórico, desaparecerá definitivamente tras ser absorbida por las corporaciones CIMEX y TRD Caribe, ambas pertenecientes al consorcio militar GAESA.
El traspaso de administración se produjo a hurtadillas desde el pasado septiembre, pero a principios de este año en las puertas de los establecimientos minoristas en los municipios Habana Vieja y Centro Habana aparecieron rótulos advirtiendo a la población: "Cierre por inventario", señal que, según fuentes, indica su inminente "cambio de dueño".
Aunque el cierre será por pocos días, la medida causa malestar a los vecinos, quienes deben hacer largas caminatas para adquirir víveres en otras cadenas de tiendas, donde son visibles las escaseces en góndolas y neveras.
Junto a la inmobiliaria Fénix y la constructora Puerto Carena, Habaguanex formaba parte de un modelo de autogestión destinado a captar divisas para la reconstrucción del Centro Histórico de la Ciudad, una iniciativa que transitó y salvó exitosamente el cruento "Periodo Especial", pero que comenzó a declinar con los estallidos de escándalos de corrupción.
La espoleta que hizo explotar a Habaguanex fue la cervecera conocida por La Factoría, localizada en la Plaza Vieja. Su gerente fue acusado de enriquecimiento ilícito y venta de estupefacientes en el propio establecimiento, además de liderar un enlace de depósitos clandestinos para el suministro de víveres a los restaurantes, transgresión que también hizo caer la cabeza del jefe de los almacenes centrales de la Oficina del Historiador, con sede en el otrora cuartel de San Ambrosio.
Las pesquisas condujeron a las autoridades hasta Meyci Wess, entonces gerente general de la corporación, quien encabezaba un clan de corruptos, una suerte de mafia que le hacía la vida imposible a los trabajadores que rechazaban integrarse a las corruptelas. Asimismo, a los directivos de confianza de Wess, se le apodaban "los intocables" y sus desfalcos llegaron a guarismos millonarios. Gracias al tráfico de influencias estos individuos también tenían facilidades para conseguir visas y viajar al extranjero. Wess fue procesada y sancionada a prisión domiciliaria y fuentes consultadas apuntan que Eusebio Leal procuró tirarle la toalla.
El citado escándalo también hizo metástasis en el sistema de justicia, puesto que algunos inculpados sobornaron a abogados de la asociación de bufetes colectivos y fiscales del municipio Habana Vieja, que luego fueron procesados por el delito de cohecho en la causa 214/2013. Sin embargo, el chivo expiatorio de todo el embrollo originado en Habaguanex ha sido el exgerente de La Factoría, quien ―según fuentes― aún no ha sido indultado en los paquetes que, a pedidos de la Santa Sede, han beneficiado en mayor cuantía a aquellos sancionados por delitos económicos.
La constructora Puerto Carenas y la inmobiliaria Fénix también han protagonizado hechos de corrupción con la sustracción de materiales de construcción y venta de stands en las áreas del Complejo Cultural Almacén San José, irregularidades que pasan inadvertidamente ante los ojos de la Dirección Integral de Supervisión (DIS) y la Contraloría General de la República.
Muchos afirman que el dinero malversado en el rescate del Centro Histórico duplica la inversión hecha hasta ahora. Mientras tanto, el Dr. Eusebio Leal, supuestamente "al margen de todas las transgresiones", se ocupa de encabezar una cruzada contra el uso indebido de los símbolos patrios.