La Unión Europea (UE) y el Gobierno cubano firmaron este lunes en Bruselas el acuerdo bilateral que normaliza sus relaciones y revoca la Posición Común de 1996, informa Europa Press.
La alta representante de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, y el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, han rubricado el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación que ambas partes concluyeron en marzo en La Habana.
"Hoy reconocemos que hay cambio en Cuba y queremos acompañar este cambio, llevar la relación a un nuevo nivel", dijo Mogherini en la ceremonia de firma del documento, según informó Televisión Española.
La ceremonia tuvo lugar frente a representantes de los 28 países de la UE que se encuentran en Bruselas con motivo del Consejo de Ministros de Exteriores.
Con el acuerdo el bloque pone fin a la Posición Común, promovida hace 20 años por el entonces presidente del Gobierno español, José María Aznar, y que exigía avances democráticos y en derechos humanos en la Isla.
Con este instrumento, la UE podrá "apoyar mejor la modernización social y económica de Cuba", añadió Mogherini, quien antes de firmar volvió a expresar condolencias por el fallecimiento de Fidel Castro, reportó EFE.
Se "abre una etapa promisoria entre la UE y Cuba" que contribuirá "a desarrollar más los vínculos políticos, sociales, financieros, académicos, deportivos y de cooperación", dijo el canciller cubano.
"La eliminación de la Posición Común restablece la normalización de las relaciones entre la UE y Cuba", enfatizó Rodríguez.
El fin de esa política era la principal condición de La Habana en la negociación con los 28.
Según la jefa de la diplomacia europea, el acuerdo ayudará a "reforzar la democracia y el respeto de los derechos humanos" y dará una "plataforma común para la inversión bilateral y para cooperar más estrechamente en desafíos globales".
La cuestión de los derechos humanos estaba en el punto de mira, teniendo en cuenta que algunos estados de la UE consideran que el nivel de libertades en Cuba es insuficiente para avanzar hacia otro tipo de relación.
Mogherini dijo que la UE se siente "satisfecha" con las dos rondas de diálogo celebradas sobre esa materia. "Discutimos todo con respeto mutuo y como amigos, sin tabúes", aseveró.
"El camino que nos ha traído hasta este acuerdo es el del absoluto respeto, la no injerencia en los asuntos internos y la reciprocidad", dijo Rodríguez, quien añadió que hay "numerosas áreas de coincidencia entre la UE y Cuba y también áreas de profundas diferencias" políticas.
Rodríguez dijo que el régimen tiene "profunda preocupación por la garantía del ejercicio de los derechos humanos en Europa y en Estados Unidos", y mencionó la crisis del Estado de Bienestar, las oleadas de refugiados o temas "tan elementales como el salario igual por trabajo igual de las mujeres".
Reiteró que La Habana "se siente orgullosa de su ejecutoria en esta materia" y que "sus resultados en numerosos ámbitos de derechos humanos son reconocidos mundialmente".
El régimen defiende una visión de los derechos humanos subordinada a sus intereses y que no incluye libertades como expresión, opinión, asociación, información, manifestación, entre otras.
Rodríguez dijo que, para el régimen, "la relación con la UE seguirá siendo una prioridad" y añadió que el embargo de Estados Unidos "sigue siendo un obstáculo". Las relaciones con la UE "felizmente no pasan por Washington", dijo.
En concreto, el acuerdo firmado este lunes define los principios generales y los objetivos de las relaciones entre el Gobierno cubano y el bloque comunitario y crea un nuevo marco para fortalecer el diálogo político, mejorar la cooperación bilateral y desarrollar una acción conjunta en foros internacionales.
Está dividido en tres capítulos: el diálogo político, que cubre asuntos como la gobernación, los derechos humanos, la estabilidad y seguridad internacional y regional y armas de destrucción masiva, entre otras; el capítulo sobre cooperación, que es el más amplio e identifica los sectores de cooperación; y el tercero, el capítulo económico y de comercio.
Se trata de un acuerdo mixto, lo que implica que ahora debe ser ratificado también por todos los Estados miembros. No obstante, antes debe recibir el visto bueno del pleno Parlamento Europeo.