Los "negocios" vinculados a la santería podrían considerarse uno de los sectores de más rápido crecimiento en la economía informal de la Isla por atraer a turistas que están dispuestos a pagar miles de dólares para convertirse en sacerdotes o iniciarse en esas prácticas religiosas, señala un reportaje en la publicación Fusion.
Según el artículo, firmado por Walter Thompson-Hernández, en los últimos tiempos la santería "está experimentado un auge relacionado con la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana y una gradual expansión del capitalismo" en la Isla.
Thompson-Hernández destaca la repercusión económica de este incremento y resalta que "cada vez hay más negocios en internet".
El autor del trabajo, que visitó Cuba, dice haber comprobado que el precio promedio para convertirse en santero oscila entre 1.000 y 3.000 dólares, y la ceremonia se extiende durante una semana con rituales de sacrificio animal, danzas y otros.
Compara el costo de estas ceremonias con las que se realizan en Europa o Estados Unidos, donde podrían alcanzar entre 5.000 y 20.000 dólares, ante lo cual muchos extranjeros prefieren viajar a Cuba y "en la medida en que internet crece (...) también lo hace la santería".
El profesor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Princenton, Adrian López-Denis, citado en el artículo, asegura que actualmente "internet está facilitando a los cubanos estudiar santería y ofrecerla a los extranjeros como un producto más en el mercado".
Pero el auge de la santería preocupa a algunos de sus fieles, que consideran que el nuevo "boom" está dando lugar a la explotación y la apropiación de una religión profundamente conectada con el legado afrodescendiente de la Isla.
Juan Álvarez, un afrocubano de mediana edad practicante y padre de familia en La Habana, también citado en el artículo, opina que "la religión está evolucionando de una práctica espiritual orgánica a un lucrativo negocio que deja a los afrocubanos en una precaria condición".
"La santería está muy de moda (…) los blancos han estado viniendo a Cuba y practicando esta religión de negros y robando nuestros secretos. Empezaron a darse cuenta de que había dinero para hacer y comenzaron a tomar ventaja", dice Álvarez.
Para este practicante, en el fenómeno están envueltas "la explotación y la hipocresía", que son tan antiguas "como la propia Cuba", añade.