La revista The New Yorker aborda en un artículo del periodista Jon Lee Anderson —biógrafo del Che—, aparecido en una reciente edición, la situación actual de los fugitivos estadounidenses en Cuba en el marco de aproximación diplomática entre ambos gobiernos.
El autor afirma que el futuro de muchos de estos fugitivos, tanto los que obtuvieron refugio en Estados Unidos —en el caso de Luis Posada Carriles— como en Cuba, permanece por ahora "en un limbo".
El artículo recuerda que entre estos fugitivos hay personas buscadas en su país por crímenes que incluyen el asesinato, el secuestro, el robo de bancos y el terrorismo.
Anderson afirma haber preguntado a un funcionario estadounidense sobre el posible arresto y extradición de Luis Posada Carriles con cargos por terrorismo.
"Lo complicado es que Cuba también alberga personas que los Estados Unidos quiere juzgar a su regreso al país", dijo el funcionario, mencionando el caso de Joanne Chesimard, autora del asesinato de un agente de policía en 1973.
Muchos de los estadounidenses fugitivos en Cuba son activistas radicales de la era de Chesimard.
Entre ellos Charlie Hill, de unos 65 años, miembro del grupo Republic of New Afrika, que buscaba crear una nación negra independiente en el sur de Estados Unidos.
Hill fue acusado, junto con otros dos compañeros, de matar a un policía en Nuevo México en 1971. Semanas después secuestraron un avión y viajaron a Cuba donde recibieron asilo. Los dos otros compañeros murieron y Hill sigue viviendo en la Isla.
Otro caso es el de Nehanda Abiodun, veterana del Republic of New Africa, buscada por su implicación en el robo armado de un camión blindado de un banco en 1981 en Nueva York, en el que fueron asesinados dos policías y un guarda de seguridad. Se cree que Abiodun ayudó a escapar de la cárcel a Chesimard y que se ha reinventado en Cuba como artista de rap. En este capítulo, también figura el caso de William Lee Brent, guardaespaldas del líder de las Panteras Negras Eldridge Cleaver.
Anderson menciona además el caso de otros fugitivos que ya han fallecido: Roberto Vesco —acusado de robar 200 millones de dólares y que se rumoreó que fue asesor del Gobierno de Castro—; y dos exagentes de la CIA, Philip Agee —autor de Inside the Compnay: CIA Diary— y Frank Terpil.
Asimismo, se explica la historia de William Morales, líder de la guerrilla radical puertorriqueña Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Morales se dedicaba a fabricar bombas y según el FBI, el terrorista, refugiado en Cuba, tiene ahora 66 años.
El estatus de Morales, Chesimard y otros fugitivos estadounidenses ha sido repetidamente tratado en las negociaciones entre Estados Unidos y el régimen de La Habana.
En junio se habló de la posible extradición de Hill y Abiodun, pero ellos dijeron a la prensa que estaban "seguros" en la Isla.
El artículo señala que el régimen podría dar la vuelta y acceder a la extradición de estas personas, con lo que rompería su antigua promesa de ofrecer refugio seguro en un contexto de Guerra Fría.
El artículo también se refiere a lo "complicado" del caso de Posada Carriles por su situación actual en Miami, donde "parece estar en territorio seguro" y considerado además "un héroe" por algunos exiliados.