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Azúcar

Los cuentos de Tía Tata

¿Quiénes son responsables del desastre de la zafra azucarera?

La Habana

El periódico Granma encargado de la propaganda oficial informa de una disminución de la producción azucarera en este año. Las causas fueron, según funcionarios de AZCUBA, "efectos de la climatología en la molida y calidad de la caña, y el tiempo perdido en la industria y la cosecha, la arrancada tardía de 13 centrales de las 50 que quedan, por cuestiones asociadas a la industria, a la lluvia y el exceso de humedad en la materia prima".

No. No se rían. Lo mejor del cuento es suponer que los cubanos somos bobos, como si estas cosas ocurrieran en Chipre, como ironiza El Bacán, y los cubanos no supiéramos nada de caña, de su calidad y cultivo, ni de organización de la producción azucarera, ni de economía política.

Sería bueno recordar a los señores de AZCUBA y a sus patrocinadores en la cúpula gobernante que la producción azucarera fue la columna vertebral de la economía cubana durante siglos hasta que a la "dirección histórica" se le ocurrió acabar con ella, vender como chatarra los ingenios o regalarlos a sus amigos latinoamericanos, porque no era "rentable", para el monopolio gobernante y su filosofía de la ganancia. Así que Tía Tata no puede pretender que en el país del azúcar, donde el que no sembró caña,  la cultivó  la cortó, o trabajó en algún central o estudió su historia, se le vaya a creer el cuentecito.

Todo el mundo sabe en este país que si se pierde tiempo, la molida no arranca cuando debe, si la caña no tiene la calidad adecuada, si hay retraso en la reparación del central, la culpa es de los directivos de los centrales, del monopolio azucarero, del Gobierno-Estado-Partido dueño, vendedor y comprador de todo y causante del desorden introducido en la economía por la planificación centralizada y el monopolio estatal del comercio exterior.

Cualquiera que alguna vez tuvo que ver algo con la caña, sabe que las modernas cosechadoras de caña y su tinglado de tractores y carretas estatales no pueden entrar en los cañaverales mojados. Como al monopolio AZCUBA, a sus empresas y a los gobernantes no les duele que la caña no pueda cortarse a tiempo, pues simplemente la explicación es que la zafra no "se" puede arrancar o "se" interrumpe por la lluvia o porque las piezas de repuesto no "se" importaron a tiempo. El compañero "se" es casi siempre el responsable. ¡Hay que ser cínicos!

Antes de que el Estado se apropiara de todo, cuando la caña se cortaba a mano y se tiraba en carretas de bueyes hasta el chucho donde se pesaba y montaba en las casillas del ferrocarril, los dueños de la caña, los colonos y poseedores de parcelas cañeras, se las arreglaban para cortar a tiempo las arrobas que les había contratado el central y llevarla hasta el chucho. El ingenio se las arreglaba para ubicar las casillas de caña para cada chucho y tener en forma la locomotora para cumplir con los horarios.

¡Eso es capitalismo!.. No, señores de la economía peor planificada del mundo, eso era planeación descentralizada y sobre todo responsabilidad de cada eslabón de la cadena de producción, pues cada eslabón ganaba según el cumplimiento de su programa en cantidad y calidad. Pero el Estado dizque socialista, desde que se apropió de todos los ingenios, de todas las tierras, de todas las yuntas y tractores y del ferrocarril y, sobre todo, después que en 1962 convirtió en granjas del pueblo a las cooperativas cañeras y convirtió a todos los trabajadores en asalariados estatales (modernos esclavos del funcionariado diría Martí), pues lógicamente el interés material individual directo de cada eslabón se fue al piso.

Y esa es la verdadera causa y no esa sarta de justificaciones.

Desde antes de 1962 se debate en Cuba entre políticos y economistas el tema de las relaciones monetario-mercantiles, el pago por el trabajo y la trastornada idea de que los estímulos materiales son capitalistas… Todo en el fondo para que el aparato burocrático sea el que decida qué debe recibir cada cual y a quién excluir por no compartir el pensamiento "revolucionario" de los gobernantes. Y como el que parte y reparte…

Simple, señores de la burocracia, si no hay estímulo material directo, si no se paga la fuerza de trabajo y si no hay sentido de propiedad, no hay producción ni productividad, ni desarrollo, ni sustentabilidad, ni economía posible. Socialismo, mucho menos.

Para vivir y reproducirse, el ser humano necesita comer, vestirse, calzarse, tener un techo, hacer familia y convivir socialmente. En las condiciones de la vida moderna solo es posible alcanzarlo por medio del dinero y el dinero debe provenir del trabajo, que es lo único que poseemos todos, dado por la naturaleza. Pero si al ser humano no se le paga por su trabajo, qué opciones quedan: pasar hambre, andar mal vestido y mal calzado, estar desprotegido de la naturaleza, dejar de hacer familia y ni hacer vida social, y así se le obliga a salirse de las normas de convivencia y a apropiarse de lo ajeno.

En tales condiciones "todo trabajo debe ser pagado" para que la economía funcione, la gente trabaje, tenga de qué vivir y haya demanda de mercado. Y el mercado no es capitalista ni socialista.

Los "comunistas" del siglo XX le hicieron creer a la gente que estatizando la economía, planificando centralmente el gasto y el consumo, pero manteniendo la explotación asalariada, estarían construyendo la nueva sociedad.  Y lo que hicieron, con el estatalismo-asalariado fue regresar del capitalismo a una especie de feudalismo.

Hoy en Cuba, los cuentos de Tia Tata ya no cuentan. Los que defienden el entuerto "socialista" presente, lo hacen claramente por claros beneficios personales.

 
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