Dos de los siete heridos de bala que fueron interceptados por la Guardia Costera de Estados Unidos, junto a otras 19 personas, cerca de Cayo Hueso, contaron que poco antes de salir de la Isla un grupo de delincuentes abrió fuego con armas contra ellos, causando las heridas a los emigrantes, entre ellos una mujer embarazada.
De acuerdo con las declaraciones que recoge El Nuevo Herald, se trató de un fallido intento por robar la embarcación de los balseros.
"En si no sabemos quién disparó, pensamos que hayan sido delincuentes que nos querían robar la lancha", dijo Yaser Cabrera Romero, uno de los balseros entrevistados por la prensa al arribar a la oficina de Church World Service, la agencia de ayuda a refugiados e inmigrantes, en Doral. "Nosotros estábamos llegando en el transporte que veníamos, y nos salieron como cuatro personas en tierra, y nos dijeron: ‘¡Quédense que la lancha es de nosotros!"
En lugar de rendirse, los 26 balseros decidieron enfrentar a los delincuentes, que entonces sacaron un arma, pero en última instancia huyeron luego de herir a las siete personas.
A pesar de que estaban heridos, los balseros decidieron seguir con su plan, abordaron la balsa en la zona de Matanzas como a las 3:00 a.m. del sábado, y navegaron por nueve horas hasta que fueron interceptados por los guardacostas.
"Estuvimos heridos navegando por nueve horas y desangrándonos", dijo Cabrera Romero.
La historia contada por Cabrera Romero y otro balsero, Jorge Luis Escalona, marca la primera explicación detallada del caso de los balseros baleados, señala el diario miamense.
Seis de los balseros, los que se consideraba que tenían las heridas más serias, fueron trasladados a un hospital en las inmediaciones de Cayo Hueso. El séptimo herido de bala fue transferido con los otros 19 a un escampavías de los Guardacostas para esperar ser devueltos a Cuba, a menos que alguno o algunos de ellos digan temer persecución si son regresados, en cuyo caso serían entonces llevados a la base naval de Guantánamo para ser procesados y luego reubicados en un tercer país.
El caso provocó amplio interés debido a que siete de los balseros estaban heridos de bala, y que las autoridades no dieron explicaciones sobre las circunstancias del incidente. Se levantaron sospechas sobre cómo fue que los emigrantes resultaron baleados. Entre las teorías estaba que se habrían herido a sí mismos para obligar al personal del Guardacostas a traerlos a tierra.
Por lo general, cuando la Guardia Costera encuentra a emigrantes heridos o enfermos, estos son traídos a tierra para que reciban atención médica, lo cual permite que puedan quedarse en Estados Unidos y solicitar residencia permanente bajo los auspicios de la Ley de Ajuste Cubano.
Pero Cabrera Romero y Escalona, el otro balsero entrevistado en Doral, dijeron que todo fue un intento de robo de su balsa. "Les fuimos arriba y nos sacaron una pistola", dijo Escalona. "Estaba muy oscuro y pensamos que hayan sido delincuentes para querernos quitar la lancha".
Escalona, un sobrino de este que no fue entrevistado, y Cabrera Romero mostraron sus heridas a los periodistas.
Escalona tenía una herida en un costado, su sobrino la tenía en el hombro y Cabrera Romero resultó herido en el abdomen. Los tres dijeron que la mujer embarazada había recibido un balazo en la espalda, y que el herido que no fue traído a tierra tenía una bala en un pie. No se sabe dónde resultaron heridos los dos restantes. La mujer y otro emigrante aún estaban hospitalizados, dijeron Escalona y Cabrera Romero.
Cabrera Romero dijo que los doctores le dijeron que su herida no pone en peligro su vida, pero la bala aun está dentro de su cuerpo.
"Me pusieron suero, me vacunaron, morfina, pero tengo la bala dentro y me duele muchísimo", dijo Cabrera Romero. "Ya llevo más de 24 horas con esa bala adentro".
El Servicio de Guardacostas emitió un comunicado el domingo por la mañana después del rescate en el cual volvió a alertar sobre la peligrosidad de las travesías por mar. "Desalentamos fuertemente a tratar de entrar al país ilegalmente a través del mar. Estos viajes son extremadamente peligrosos y podrían llevar a la pérdida de la vida", aseguró.