Pese a la drástica caída de los precios del petróleo a nivel mundial, el precio del combustible que expenden las gasolineras cubanas solo ha bajado 10 centavos de CUC, se quejan consumidores.
La reducción se aplicó el 7 de enero. "El Estado nos hizo este chiste", comenta Jaime, un joven chofer.
"Hace mucho tiempo que no estaban tan bajos los precios del petróleo a nivel internacional", añade. "Sin embargo, aquí en Cuba no habían bajado nada. Parece que la gente se estaba quejando demasiado".
Para Yasmani, chofer de un almendrón, la rebaja de precios también es un chiste de mal gusto. "Diez centavos de menos… ¿No te da risa?".
Los CUPET, como llama comúnmente la población a las gasolineras, que pertenecen a la petrolera estatal, siempre han vendido el combustible en CUC y los precios recientes iban desde los 0.90 centavos para la gasolina de motor hasta 1.40 para la gasolina especial. Cada uno de estos precios bajó los diez centavos señalados por Yasmani. Ahora la gasolina se vende a precios entre 0.80 centavos y 1.30 CUP. El diesel regular, a 1 CUC el litro y, el especial, a 1.10 CUC.
"Desde hace tiempo se dijo que la rebaja de precios se estaba 'estudiando'", dice Norberto, trabajador de la refinería Ñico López. "Tanto estudiaron y mira lo que rebajaron", se burla.
"La refinería le vende el petróleo al Estado en unos quilos. No sé la cifra exacta porque no es mi área de trabajo, pero sí te puedo asegurar que no hay motivo para que estén tan altos los precios de venta a la población", agrega.
Alexander, un botero, calcula: "Yo uso 20 litros de diesel todos los días para trabajar. Eso en un CUPET me cuesta 20 CUC diarios. Si cuentas los impuestos, la licencia, el somatón, los arreglos del carro y las piezas, no hay quien botee. Así que estoy obligado a seguir comprando ilegal. Ahí el litro me sale a 10 pesos cubanos. Mira la diferencia".
Los principales abastecedores de diesel ilegal son los choferes de camiones estatales, que tienen una cuota de combustible mensual, y los paraderos de ómnibus urbanos. Lo mismo ocurre con la gasolina.
Maikel, un camionero que pidió que no fuera identificada su empresa, reconoce que vende parte del petróleo que le asignan. "No es que me sobre, pero invento para llegar al final del mes porque el dinero me hace falta. Tengo un par de compradores habituales, unos amigos que son taxistas de almendrones".
Jaime le compra la gasolina a un vecino que maneja un auto estatal. "A él le asignan 200 litros mensuales, por ejemplo, se aprieta un poco y me vende 70 a quince pesos [cubanos el litro]. Es negocio para mí y él también resuelve", explica.
Todos estos choferes están de acuerdo en que la adquisición ilegal del combustible sigue siendo la única opción para seguir manejando sus carros.
"Eso no hay quien lo pare", opina Yasmani. "Además, el Estado lo sabe. Tiene que saber que los precios locos que le pone al petróleo lo único que logran es que la gente invente".
Alexander agrega un eslabón más en la cadena de corrupción ya establecida. "Hasta a los policías les conviene que yo compre el combustible ilegal", asegura. "Cuando me paran son fanáticos a pedir los vales de compra del petróleo, porque saben que no los tengo. Ahí les tengo que pagar para que no me echen pa'lante. Y de eso viven. Ellos son los primeros que no quieren que baje el precio de verdad en los CUPET".