El periodista y activista exiliado Pedro Corzo, nacido en Santa Clara hace 73 años, acaba de presentar el ensayo Bosquejos sobre la oposición política al totalitarismo del siglo XXI, en el que reflexiona sobre los mecanismos represivos de los gobiernos cubano y venezolano.
Conversamos con él desde La Habana sobre la represión en la Isla y las estrategias del castrismo para conservar el poder, mientras su libro comienza a circular por las bibliotecas independientes cubanas.
¿Qué le parece la versión cubana del socialismo del siglo XXI?
Desde mi perspectiva, el socialismo del siglo XXI no es nada más y nada menos que el socialismo real que falsificó el socialismo castrista en Cuba. Es simple y llanamente un socialismo donde el Gobierno permite a los sectores próximos al Estado, próximos a su autoridad, generar y tener una economía propia, por su puesto paralela y respondiendo siempre a los intereses del Gobierno.
Vemos una limitación evidente del uso de la libertad de expresión, del derecho de información, de comunicación, mientras que en Cuba no se practica el socialismo del siglo XXI, se practican formas del socialismo real. Tú mismo eres un periodista que no puedes publicar en los medios de la Isla, tienes que hacerlo en el exterior.
El chavismo se vanagloria de 20 elecciones plurales, en cambio aquí, en Cuba, nada
Esa comparación es lamentable hasta para la propia dictadura cubana. Hasta un régimen despótico, un régimen autocrático como el que existe en Venezuela, celebra elecciones plurales, aunque sabemos que siempre el control está bajo un Consejo Nacional Electoral que responde a los intereses del Ejecutivo. Cuando miras a Cuba, vemos el atraso político, social y económico en el que el Gobierno de la Isla ha sumido a la nación cubana.
Pero hay quien dice que con Raúl Castro estamos cambiando…
El Gobierno cubano no cambia su naturaleza, es un Gobierno despótico, tiránico, violador sistemático de los derechos humanos. El Gobierno cubano lo que hace es cambiar en la forma y, en este momento, por las condiciones internacionales y por las condiciones precarias en las que está Cuba —en particular por el agotamiento que sufre el pueblo cubano por el modelo que ya tiene 57 años—, no le ha quedado a la dictadura otra alternativa de tratar de aparentar que cambia, pero a la vez controlando que todo siga igual.
Lo interesante es que Cuba no hace ningún movimiento —y cuando digo Cuba me refiero al Gobierno— que pueda poner en peligro la autoridad de la familia de los hermanos Castro. Ese es un punto para mi relevante.
El año pasado el número de arrestos fue todavía fabuloso, aún hay prisioneros políticos, no hay libertad de expresión, no hay libertad real de movimiento. El Gobierno se reserva el derecho de violarle ese derecho de movimiento al ciudadano, y decide que a cualquier cubano que pueda tener una acción política que no le convenga, o no sea de su interés, le es rescindido el derecho a viajar.
Aquí se especula sobre una posible visita de Obama. La actual Administración estadounidense apuesta por el contacto pueblo a pueblo. ¿Qué opina?
¿Pueblo a pueblo? Basta con una mirada a lo económico: cuando uno escucha hablar del "empresariado cubano", realmente produce una risa amarga, porque en Cuba no hay empresariado, en Cuba lo que hay es funcionarios que administran empresas del Estado, no hay un empresariado realmente independiente, con perspectivas propias, que pueda buscar, pueda tener la oportunidad de encontrar el respaldo económico para el desarrollo de una inversión.
Todo en Cuba sigue siendo una gran tramoya, un gran circo, como la reciente declaración de que van a aprobar la internet en las viviendas. Eso el Gobierno cubano lo convierte en noticia, algo que viene ocurriendo en el mundo entero hace ya décadas.
¿Qué objetivo tiene el Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, que usted preside?
El trabajo de nuestro instituto está a disposición del pueblo cubano. Lamentablemente las restricciones de la dictadura han impedido que ustedes los cubanos de la Isla tengan libremente acceso a estos materiales, que les darían a conocer el pasado y cómo el Gobierno cubano ha destruido nuestra nación, no solo económicamente, sino lo que es fundamental, los valores ciudadanos.