El auge de los restaurantes privados en Cuba está modificando poco a poco las tradiciones familiares y muchos se animan a probar las ofertas diseñadas para estas fechas, al final de un año que marcó un hito en la historia reciente de la Isla, donde los cubanos celebran las fiestas navideñas aunque sin grandes festejos, como reseña hoy EFE.
Desde que en 1997 se instaurara la Navidad como festivo —tras décadas sin celebrarse—, la tradicional cena en familia se ha ido recuperando y ganando visibilidad, una costumbre que ahora, con el apogeo de los negocios particulares, encuentra un nuevo escenario en las "paladares".
Las ofertas para la Nochebuena "han mejorado mucho desde que aparecieron las paladares", comentó a la agencia española Yasiel, un joven médico que reconoce que desde hace un par de años no se queda en casa para las fiestas.
Los restaurantes particulares, que suman ya 2.700 en todo el país, son uno de los negocios más dinámicos e innovadores del incipiente sector privado de la Isla.
La plataforma informática Alamesa, compuesta por una página web, una aplicación para teléfonos celulares y un boletín semanal, es uno de las vías más consultadas (por los cubanos que pueden hacerlo) para conocer las últimas novedades culinarias, cuya afluencia ha crecido en las últimas semanas buscando ofertas especiales para celebrar la Nochebuena.
"Este año hemos tenido récords tanto de demanda de información por los consumidores, como de ofertas por parte de los negocios privados", afirmó a EFE uno de los fundadores de la iniciativa Alamesa, Ariel Causa, quien asegura "tener mucho trabajo en estas fechas" junto al pequeño grupo de jóvenes emprendedores que mantiene en funcionamiento la premiada plataforma.
"El restaurante que permanece abierto trata de armar una oferta lo más atractiva posible, teniendo en cuenta la idiosincrasia del cubano, al que siempre le gusta pasar las fiestas en familia", señaló.
Para estas fechas, la aplicación cuenta con 70 propuestas culinarias específicas, una "muestra" de la "viralidad" y el auge de la restauración en Cuba, que se renueva y mejora la calidad de sus servicios, un proceso muy relacionado, según el creador de Alamesa, con la especialización del personal que trabaja en estos espacios y la creatividad en la inserción en el mercado.
"Desde que comenzaron a salir ofertas en los paladares dejamos de quedarnos en casa", confirma también Yasdanys, una habanera que "prefiere" los restaurantes privados antes que los locales estatales, porque la "calidad del servicio y de la comida son mejores".
Cenas y fiestas en bares son algunas de las propuestas a elegir para la Nochebuena, que aunque todavía no tiene tanto arraigo en la Isla como las festividades de Fin de Año, sí se ha comenzado a celebrar más que antes, siempre en familia, aunque sin grandes árboles de navidad o regalos, señala el reportaje de EFE.
Aunque ya algunos comienzan a insertar costumbres extranjeras y cocinas como la italiana y la mediterránea, la mayoría de las mesas de la Isla estarán dispuestas con los tradicionales cerdo asado, frijoles negros y arroz blanco o el congrí, ensalada de verduras, y yuca hervida, aliñada con el mojo de ajo, aceite y naranja agria.
"En Cuba celebramos más el Fin de Año, porque la verdad es que no todo el mundo puede comprar regalos para poner en los arbolitos en Navidad, así que los adornamos con luces y salimos a pasear", aclaró Yamila, una joven que salía de una tienda en la agitada calle de Obispo, en el Centro Histórico de La Habana Vieja.
Suspendida como festividad en 1969, no fue hasta diciembre de 1997, un mes antes de la histórica visita a la Isla del Papa Juan Pablo II, cuando se estableció la Navidad como día festivo.
Dos años después, se hizo oficial y permanente en el calendario y se fue extendiendo por Cuba, aunque muchas familias mantuvieron esta celebración discretamente los 28 años que estuvo suspendida.
Este año, reporta la agencia española EFE, los cubanos también celebran la nueva relación con Estados Unidos tras más de medio siglo de enemistad entre gobiernos y reciben el 2016 con esperanzas renovadas de cambio y mejoras en la economía como señalan algunos.
"Ahora somos amigos de los EEUU y creo que el 2016 va a traer grandes cosas", asegura Antonio, de 76 años, mientras lee el periódico y afirma que él estará para "recibir al presidente (Barack) Obama si viene por fin el año que viene".