El periodista estadounidense Jon Lee Anderson presenta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, Che, una vida revolucionaria, novela gráfica editada por Sexto Piso y dibujada por José Hernández.
Ernesto Che Guevara "construyó el personaje de un tipo dispuesto a sacrificarse en todo momento (…) Él concibió que en aras del bienestar humano tenía que ser una máquina preparada para matar. Para matar o para matarse. De ahí su arrojo y su temeridad", declaró al diario español El País Anderson, autor de una biografía del argentino.
"Lo comprobé cuando tuve acceso a sus diarios. Como cuando explica el día en que ejecutó a Eutimio Guerra [un integrante de la insurgencia en la Sierra Maestra acusado de traición] y escribe: 'No tuve asma esta noche'", añadió Anderson.
El periodista señaló que cuando empezó a trabajar en su biografía del Che había pasado por una decena de guerras como reportero "y había visto muy pocos casos de tanta temeridad".
"Es de suponer que tenía que ver con el asma que tuvo desde chico. El hecho que desde edad temprana se enfrentó a la posibilidad de asfixiarse hasta la muerte", opinó. Además, el argentino, "creció en un mundo de pautas volátiles en el que la violencia aparecía como la herramienta para cambiar las cosas. Y, en cuanto pudo, empezó sus propias aventuras. Y no tenía límites".
Tras la llegada de Fidel Castro al poder, el Che se encargó de fusilamientos y ejecuciones sumarias de personas condenadas por el nuevo régimen, con lo que aumentó su reputación de sanguinario.
Interrogado sobre la rigidez del Che en contraste con el carácter abierto de los cubanos, Anderson comentó que Guevara "no sabía bailar, era sordo para la música, no distinguía un tango de un charlestón. Tampoco tomaba alcohol porque le daba asma. No se bañaba en la playa porque le daba asma. Y le gustaba trabajar. Era un hombre monacal en un país sensual. Los domingos iba a cortar caña para dar ejemplo. En la Isla debieron de pensar: '¡Coño, pero este es el tipo más pesado que llegó nunca a Cuba!'".
Guevara "se fijó mucho en los primeros bolcheviques, admiró a Sartre y, por supuesto, a Fidel [Castro]. Y, aunque nunca lo dijo, la figura de Cristo, el rebelde sacrificado por excelencia", consideró el periodista estadounidense.
Opinó que si el Che hubiese llegado a anciano habría adoptado "el comportamiento del viejo filósofo, dedicado a sus ensayos, a sus lecturas, y defendiendo públicamente el socialismo, leal todavía a su ideal y a Fidel, con una especie de clarividencia vehemente. Pero en privado, muy crítico, y probablemente algo deprimido".
La novela gráfica sobre el Che escrita por Anderson constará de tres tomos, indicó El País. El primero en salir ha sido el segundo, que comienza con el desembarco del Granma en Cuba y termina con la decisión del argentino de salir de la Isla a intentar expandir la revolución a otros países.
Los tomos uno y tres, que aún no tienen fecha de salida, abordarán, respectivamente, según prevé Anderson, la fase previa a Cuba en la vida del Che y la etapa final de su historia en el Congo y Bolivia, hasta su ejecución.