Back to top
Corrupción

Un triunfo de la corrupción

A la espera de los cruceros estadounidenses, una red de jefes se complota contra los artesanos cuentapropistas de La Habana Vieja. La meta es sacarlos del Almacén San José.

La Habana

Tres automóviles con matrícula oficial aparcan.  Los conductores de dos carros se apean y caminan hacia el tercero. Después  de fisgonear con sigilo en todas direcciones, abordan el vehículo y cierran las puertas. Los parabrisas ahumados impiden detallar lo que sucede en su interior.  Sin embargo, este relato no es la dramatización de un thriller político, de espionaje, o del crimen organizado.

El hecho ocurrió en el centro histórico de La Habana.  Con más precisión en la calle Desamparados, justo en las proximidades del complejo cultural Almacén San José. Los protagonistas de la escena se nombran Julio Robles Guerra, jefe de la junta directiva de la sociedad mercantil cubano inmobiliaria Fénix S. A., Migdalia Jimeno Marchena, vicepresidenta comercial de la propia entidad, y Mariela Plaza, administradora del complejo cultural. 

¿Qué tramaban? La reunión de estos tres funcionarios fuera de alcance de las cámaras y escuchas  o de testigos que teóricamente pudieran acechar sus oficinas, revolvió las inquietudes de quienes observaron el suceso y  concluyeron: "Algo huele a podrido en la inmobiliaria Fénix S. A."

Un trabajo de mi autoría publicado en este mismo diario el pasado mes de julio expuso a la opinión pública los abusos de poder de la citada inmobiliaria contra el mayor conglomerado de trabajadores cuentapropistas del país: el Complejo Cultural Almacén San José.

Entre los atropellos se revelaron el aumento del importe de arriendo en un 20% y la vigencia del contrato por tan solo un año. La no responsabilidad con indemnizaciones y custodia de pertenencias. Cierre de baños. Carencia de agua potable. Filtraciones en la techumbre, que al llover, ponen en peligro la vida de turistas y trabajadores, al exponerles a shocks eléctricos. Retiro de las cafeterías. Polución de vectores, tales como ratas y mosquitos.  La compraventa ilegal de stands con precios entre los 6.000 y 12.000 CUC causando superpoblación y hacinamiento en los puestos de venta. Y la falta de un gremio que proteja los intereses de los trabajadores.

Tras su publicación, el texto, al que le llamaron "la carta", se distribuyó furtivamente por el complejo.

Las reacciones

La verdad verificable sacada a la luz por el artículo obligó a la administración a abrir nuevamente los baños clausurados y suministrar agua potable a los tanques de sus redes hidráulicas mediante pipas.

La constructora Puerto Carenas acometió reparaciones en las canalizaciones de desagüe y comenzó a arreglar la techumbre.  Esta última actividad se paralizó por el robo de materiales y luego se reanudó a cuentagotas.

La Dirección Contra Incendios del MININT colocó extintores en los accesos y se pintaron flechas de color amarillo para señalar las vías de evacuación ante un siniestro.

Un veterano cuentapropista "asumió" —sin ser elegido democráticamente por sus compañeros― la dirección del gremio e informó a cada uno de sus colegas sobre su nueva responsabilidad.

Según fuentes, se celebraron reuniones en la sede de la inmobiliaria Fénix S. A., sita en el icónico edificio Bacardí, donde se analizaron las evidencias de corruptelas sacadas a luz. Mariela Plaza, la administradora del centro cultural, manifestó su intención de renunciar al cargo, pero fue desaconsejada de hacerlo "mientras durara la investigación sobre la compraventa ilegal de stands".

Ante el riesgo que la mierda salpicara a diestra y siniestra, o peor, de abajo hacia arriba,  los directivos  acudieron a una clásica fórmula: redactaron un documento de apoyo a la administradora, el cual cuestionaba las denuncias publicadas en DDC, calificándolas de "contrarrevolucionarias". Sus pliegos fueron repartidos por la instalación para ser firmados por aquellos cuentapropistas que lo apoyaran.  Pero el experimento derivó en un rotundo fracaso.

El pasado 4 de octubre, la jefatura del nuevo gremio convocó a una asamblea con cerca de medio centenar de artesanos cuentapropistas del complejo cultural, supuestamente seleccionados por sus frecuentes quejas de la inmobiliaria. 

La reunión fue presidida por Rafael Díaz Romero, exgerente general y de seguridad de AURIA Inmobiliaria S. A. (Lonja del Comercio), quien fue presentado  como titular de la compañía inmobiliaria, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCHCI). El encuentro se produjo en una cervecera colindante.

Varios cuentapropistas expusieron sus quejas, mientras los directivos de Fénix S. A. Mariela Plaza, Migdalia Jimeno y Julio Robles, permanecieron en silencio. Por su parte, Díaz Romero, habló para sublimar y curar la imagen de la administradora Mariela Plaza, considerada por él "un formidable cuadro del Partido Comunista que acometió un plausible trabajo en la Universidad de la Habana". Vale aclarar que a la cita no fueron invitados los cuentapropista del bloque de pinturas.

Como complemento mediático, el sistema informativo de la televisión cubana exhibió un vídeo publicitario del complejo cultural.  Una suerte de folletín, donde los entrevistados manifestaron que las condiciones de la instalación estaban de perilla.

Ante la realidad no virtual

En el Complejo Cultural Almacén San José permanecen las filtraciones del techo.  Continúa la venta ilegal de stands, empeorando el hacinamiento ya existente.  Otras fuentes aseguran "que la corporación Habaguanex no instalará cafeterías en el complejo, a causa de las abusivas tarifas de arrendamientos aplicadas por la inmobiliaria Fénix S. A."

En el área del complejo (más de nueve kilómetros cuadrados) ni siquiera se han habilitado bancos para uso de los clientes, y eso que muchos turistas se quejan de este inconveniente. También se han recrudecido los robos, y las pesquisas policiales etiquetan como sospechosos a empleados de la instalación.

Los cuentapropistas del bloque de pinturas se han visto afectados con la superpoblación de sus áreas, a consecuencia de la venta ilícita de stands. Y han protestado mediante un documento rubricado por la totalidad de los inconformes, puesto que la administración proyecta mudarlos al piso superior, al que solo puede accederse por escaleras convencionales, lo cual sin dudas inhibirá la visita de consumidores.

"Si nos mandan para arriba nos moriremos de hambre", comenta unos de los perjudicados que, junto al resto de sus colegas, ya solicitó una reunión con la dirección de Fénix S. A.

La esperada explosión del turismo de cruceros gracias a la política de deshielo entre Cuba y EEUU, en vez de aliciente se ha convertido en una pesadilla para los cuentapropistas del Almacén San José, quienes representan una competencia indeseable para los intereses del Estado que, en su afán de monopolizar las utilidades de la avalancha norteña, espolea el hostigamiento de la inmobiliaria Fénix  S. A., la ONAT y la Controlaría General de la República contra el sector privado.

¿Sobrevendrá otro rotundo triunfo de la corrupción? Pues será muy probable. Ya pasaron los tiempos en que las multitudes pedían a gritos "sacudir la mata" para bajar a la podredumbre encaramada en el Olimpo.  

Lo cierto es que a la compañera caza-corruptos Gladys Bejerano le sobra tiempo para recibir embajadores y disfrutar del envidiable panorama marítimo que se observa desde su propiedad horizontal, enclavada en la calle 13 del Vedado. La tapa de la alcantarilla le queda a mano, pero un posible destape, revelaría las identidades de los descendientes y allegados de sus jefes.

Para hacer justicia en su cargo se necesitaría un señor oscuro como Darth Vader, que comience extrayendo de la cloaca en calidad de cabecillas a José Rodríguez López-Callejas, Antonio Castro Soto del Valle y  Eusebio Leal Spengler.  Pero el episodio sería más fantasioso que la propia Guerra de las Galaxias.

Archivado en

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.