"Tráeme un caballo", le dice Dios un día a Pepito. Y Pepito, que era un vago, se cansó muy rápido de buscar. En eso, se encuentra con Raúl, lo convence para que lo acompañe y cuando Dios lo ve, le dice: "Yo te dije que me trajeras un caballo, no un burro".
Ese cuento corrió de boca en boca cubana en la década de los noventa, cuando el general era visto como un segundón sin poder de Fidel Castro. Pero ahora el general es gobernante, implanta "reformas" e incluso consigue cosas que su hermano nunca logró, como reanudar relaciones con Estados Unidos.
Es el momento de un libro biográfico que lo alabe, y ese es el de su amigo, el exespía ruso Nikolai S. Leonov: Raúl Castro, un hombre en revolución.
El libro fue presentado a mediados de mes en la Asamblea Nacional del Poder Popular y se agotó en algunas librerías de La Habana. No obstante, ha sido difícil encontrar alguien que lo haya leído a conciencia.
Un vendedor de yogurt, retirado de la marina mercante, recuerda cómo siempre se hablaba de la brutalidad de Raúl. "Y lo confirmamos cuando vimos los videítos aquellos donde el general corría detrás de una cadete y hacía chistes desagradables. Yo no me leo ningún libro sobre él".
"Como este país es de película, puede que nos empiecen a obligar a leerlo por el centro de trabajo. Y a discutirlo en colectivo, de paso", afirma una mujer que compró el libro porque "al enemigo hay que conocerlo"
"Transcurría el año 1953. Recién había fallecido en marzo Iósef Stalin, uno de los grandes líderes políticos del siglo XX…", lee en alta voz Alberto el inicio de la biografía del general. "Parece un libro de terror. ¿Y los millones de muertos ucranianos? ¿Y los campos de concentración y el estalinismo? Esto es una bomba en un campo minado de ignorancia".
Pero la bomba parece ser un best seller. Publicado por la editorial de las Fuerzas Armadas, Capitán San Luis, sus ventas amenazan con llevar a varias reediciones.
"Ay, Dios mío", dice Mayra, una ama de casa a quien le gusta la lectura. "Cuando yo vi el librito me dije: '¿este tipo no se iba ya? ¿Y ahora esto qué cosa es?'".
El general ha dicho que en 2018 dejará el poder. Algunos que una vez fueron fidelistas incondicionales, recelan de su mandato. De todas formas, sus medidas no han acabado con la crisis y las expectativas son solo eso, expectativas.
"Yo creo que hay una desmitificación de Fidel fundada por una necesidad política. A grandes rasgos, siento que es una estrategia para que terminemos olvidando, le cojamos pena a Fidel y veamos en Raúl a un héroe", comenta Fernández, un máster en Bioética que prefiere identificarse solo por su apellido.
Todos los dictadores tienen una o más biografías. ¿Por qué el general no habría de tenerla?
El texto repite una y otra vez la fecha de cumpleaños de Raúl Castro. Es a él a quien le gusta la fotografía, el que prefiere la poesía, el amigo caluroso, el lúcido, el de la buena memoria, el héroe del Período Especial; mientras que Fidel Castro es frío, distante, inflexible y duro, el que se conduce, a decir de Ramón Castro, "más abajo de la hierba y callado como el agua".
A Annia, filóloga con experiencia en el análisis de textos, lo que más le molesta es la adjetivación: "Para decir que alguien es bueno, no hace falta escribir tres adjetivos por cada oración. Eso demuestra que no había mucho que contar", dice.
"Pero imagino el trabajo que debe haber pasado el equipo de editores y traductores" de Leonov. "Muchas veces estos figurones se creen que son escritores y no permiten que se les cambie nada, aunque sea un disparate".
Errores de impresión
"Para la biografía de un líder desconocido tiene que haber una edición de lujo", apunta un lector que ha comprador el libro de 482 páginas, vendido a 30 pesos (moneda nacional), porque cree que un día puede valer mucho más.
Título a relieve, tripa de papel bond con un gramaje que hará del libro un artículo duradero, más el puntaje de la tipografía, que le da más lomo al libro del que necesita.
"Aquí llegaron cien y se acabaron al momento. Pero antes de comprarlos hay que revisarlos porque, si no lo haces, no te enteras de que pasa de la página 14 a la 47", dice una vendedora de la librería de San Rafael y Galiano.
Otras dependientes de una de las librerías de Obispo pensaban "que durarían mucho en venta, pero el mismo jueves (16 de julio) se acabó".
En la librería Fayad Jamis, privilegiada por pertenecer al Instituto Cubano del Libro, entraron mil ejemplares sin problemas de impresión. "Se preveía que la venta durara de jueves al lunes, pero duró a penas dos días. La gente entraba y salía como loca, preguntando por el libro", dice un especialista en promoción.
Sin embargo, en la librería Alma Mater, de la Universidad de la Habana, el sábado 18 de julio aún quedaban ejemplares de los mil que les hicieron llegar. Los encargados se mostraron asombrados ante las ventas en otros sitios. "Es que esas librerías quedan en el mismo centro de todo. Aquí se ha vendido, pero no tanto. Revisamos y separamos los defectuosos. Y todavía quedan".
Una de las principales atracciones del libro es la amplia galería de fotos que incluye, algunas de ellas inéditas.
"Es un libro necesario", dice un excombatiente, que duda si debe defender o no sus ideas en un diario "contrarrevolucionario". "Es que he visto a viejos comunistas decir que no son raulistas. Y eso no está bien, nada bien", añade.
"Te digo cuando lo termine", afirma José, dueño de un ejemplar. "Es que el tono es tan edulcorado que me está costando trabajo leerlo. Yo nunca he sido amante de las novelas rosas".
Alberto insiste en verle una vis cómica al libro. "Mira, el tal Leonov trata a los periodistas de los años 50 de 'escritorzuelos' para defender la idea de que la KGB no estaba detrás de todo el movimiento de izquierda de la época. Irónicamente, dice que en la Unión Soviética se vivía un 'vacío informativo'. Eso de 'un rinconcito museístico' para referirse a Birán, mejor no le pudo quedar. Y, para colmo, dice que Raúl es un presidente 'electo'. ¿Por quién?"
Para Annia, Raúl Castro, un hombre en revolución es "un espejismo, un libro oscuro, lleno de dobles sentidos. Nada rosa. Hay que leerlo con sumo cuidado. No debemos perder de vista que es el libro de un espía"
"No es nada del otro mundo", termina Alberto. "Es la historia de la Revolución, pero en vez de decir Fidel hizo esto, dice Raúl hizo lo mismo. Debió llamarse: 'Raúl Castro, la venganza'".