Fidel Castro envió una invitación personal al dictador Jorge Videla para la VI Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), que se celebraría en septiembre de 1979 en La Habana, mientras en Argentina se perseguía, detenía y asesinaba a miles de personas por motivos políticos.
En un cable secreto, fechado el 21 de marzo de 1979, un funcionario de apellido Clement escribe que fue citado por el embajador Carlos Amat Flores, director de América Latina de la cancillería cubana, para tramitar la invitación a Videla.
"…Fui citado por embajador Carlos Amat Flores, director América Latina, quien me entregó nota informando este gobierno ha designado a Francisco García Valls, ministro-presidente del Comité Estatal [de Finanzas] como representante personal del presidente Castro para que, con el propio Amat y el embajador [cubano en Buenos Aires Emilio] Aragonés entrevisten al excelentísimo señor presidente de la República a fin de presentarle la invitación de Castro para asistir a la sexta conferencia de No Alineados…", recoge la primera parte del documento.
La cancillería cubana propuso un día específico para que Videla recibiera a los representantes de Castro, el 12 de abril de 1979, según los documentos desclasificados por Buenos Aires.
Ofrecimiento sobre la 'declaración final'
El cable dice que García Valls informaría al dictador argentino los "aspectos de la conferencia" y estaría dispuesto a "recibir opiniones y criterios sobre los temas a incluirse en la declaración final y las resoluciones que adopte la conferencia".
"No es de descartar que podrían considerarse temas relacionados con las relaciones económicas bilaterales, dado el cargo del representante y las circunstancias de que están tratándose operaciones que superan monto cien millones de dólares", añade Clement.
Videla recibió al enviado de Castro el 11 de abril de 1979, reportaron entonces las agencias UPI y AP. El dictador finalmente no viajó a La Habana, pero envió al subsecretario de Relaciones Exteriores Carlos Cavándoli.
En un encendido discurso, en la inauguración de la VI Cumbre, Fidel Castro aseguró: "Los revolucionarios cubanos no somos ni seremos jamás oportunistas. Nuestros propios intereses económicos y nacionales sabemos sacrificarlos cuantas veces sea necesario defender un principio justo, una línea política honorable".
"Los cubanos no haremos hoy lo contrario de lo que dijimos ayer, ni haremos mañana lo contrario de lo que decimos hoy", afirmó entonces el dictador.
Mientras los NOAL se reunían en La Habana, una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos aterrizaba en Buenos Aires para recopilar denuncias sobre los miles de desaparecidos y asesinados, entre ellos los diplomáticos cubanos Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández.