La exsecretaria de Estado Hillary Rodham Clinton asegura en un nuevo libro que exhortó al presidente Barack Obama a levantar o relajar el embargo contra Cuba porque ya no es conveniente para Estados Unidos ni fomentaba el cambio en la Isla.
En extractos del libro Hard Choices, obtenidos por la agencia AP antes de su publicación la próxima semana, Clinton considera que el embargo le ha dado a Fidel y Raúl Castro una excusa para no poner en marcha reformas democráticas.
Añade que la oposición de algunos elementos del Congreso a la normalización de relaciones ha dañado tanto al pueblo estadounidense como al cubano.
"Desde 1960, Estados Unidos había mantenido un embargo contra la Isla con la esperanza de sacar a Castro del poder, pero solo logró darle alguien a quien culpar por los problemas económicos de Cuba", dice.
Agrega que su esposo, el expresidente Bill Clinton, trató de mejorar las relaciones con La Habana en la década de los noventa, pero que el Gobierno de Castro no respondió al relajamiento de algunas sanciones. No obstante, Obama estaba determinado a continuar con ese esfuerzo, afirma.
También asevera que al final de su periodo en el Departamento de Estado exhortó a Obama a reconsiderar el embargo. "No estaba alcanzado sus metas", escribe, "y estaba obstruyendo el alcance de nuestra agenda en Latinoamérica... Yo creía que debíamos hacer recaer en los Castro la responsabilidad de explicar por qué siguen siendo antidemocráticos y abusivos".
Clinton señala que, dado que el régimen de Castro presentó un "muro de piedra", ella y Obama decidieron apelar directamente al pueblo cubano.
"Creímos que la mejor manera de llevar el cambio a Cuba sería exponer a su pueblo los valores, la información y las comodidades materiales del mundo exterior", dice.
Las medidas que tomó Obama, como permitir más viajes a la Isla e incrementar la cantidad de dinero que los cubanoestadounidenses pueden enviar, han tenido un efectivo positivo, opina.