La reciente firma de un acuerdo de cooperación en materia de Seguridad entre La Habana y Moscú podría convertir a la Isla "en un peón" de la estrategia rusa frente a Estados Unidos, opinó el exdiplomático Pedro Campos en un artículo publicado en el sitio izquierdista en internet Kaos en la Red.
El acuerdo fue suscrito este mes por Alejandro Castro Espín, de la Comisión para la Seguridad y Defensa Nacional de Cuba e hijo de Raúl Castro, y Nikolai Patrushevel, del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa. Su divulgación, aunque no han sido dados a conocer los detalles, indica "que Rusia, de nuevo, busca merodear en el 'bajo vientre' de Estados Unidos y que el Gobierno cubano está dispuesto, otra vez, a prestarse a esa estrategia", consideró Campos.
"El movimiento geopolítico de Moscú pretendería llevar a Estados Unidos el mensaje de que sus intervenciones actuales y futuras en Ucrania podrían ser respondidas desde territorio cercano al suyo. Un asomo de un eventual remedo de la Guerra Fría, con otros tintes", opinó.
Campos, que dice hacer crítica del socialismo cubano desde la izquierda, preguntó "qué tanto ganan el Gobierno y el pueblo cubanos con esa vinculación al conflicto entre EEUU y Rusia" en la situación actual. "Si nos atenemos a las economías de ambos países, se trata de un enfrentamiento entre potencias imperialistas", dijo.
Dadas las experiencias pasadas con los rusos y las consecuencias de los lazos estrechos con Moscú para las relaciones hemisféricas y la economía de la Isla, "este compromiso público pudiera ser, más bien, una estrategia peligrosa", advirtió.
Resaltó que el acuerdo ha sido firmado en un período de aumento de tensiones entre Rusia y Occidente por el conflicto ucraniano.
"Y este contexto, guste o no, nos ponen a los ojos de Occidente y especialmente de EEUU, en situación de peón ruso en este ajedrez mundial. Y los peones son piezas de cambio", dijo el exdiplomático.
"Por mucho que se niegue que seamos un 'satélite ruso', ese acuerdo de seguridad así puede ser interpretado" por Washington, "dada la realidad de anteriores décadas, cuando llegamos a ser una base de cohetes atómicos, de submarinos nucleares y de espionaje electrónico (…) que objetivamente convertían a nuestro país en una amenaza a la seguridad nacional de EEUU", razonó.
Leña al embargo
El acuerdo con Moscú es "contraproducente" en un momento en que La Habana busca un acercamiento a la Unión Europea y un levantamiento del embargo que permitan un aumento de la inversión extranjera, destacó Campos.
"Dudo que los estrategas del Gobierno que preside Raúl Castro no hayan contemplado estas aristas del fenómeno y no estén apercibidos de las consecuencias de volver a cometer errores pasados", dijo. Especuló que, en tal caso, el Gobierno puede estar "buscando alternativas de ayuda internacional", ante el convencimiento de que "es imposible un entendimiento" con la Unión Europea y un levantamiento del embargo "debido a que (los gobernantes cubanos) no están dispuestos a ceder a sus demandas sobre los derechos humanos".
El acuerdo con Moscú probablemente aumentará sobre el presidente estadounidense Barack Obama la presión de quienes piden un endurecimiento de las sanciones a La Habana, señaló Campos.
"Nos la pasamos pidiendo que levanten el bloqueo, pero ahora le echamos leña", criticó. "Habría que ver qué piensan sobre todo esto los más pragmáticos dentro del Gobierno y el Ejército cubanos, interesados en un desarrollismo capitalista a partir de inversiones norteamericanas permitidas por un eventual aflojamiento o levantamiento" del embargo.
El exdiplomático opinó que la presencia del hijo de Raúl Castro en la firma del acuerdo podría tener "el propósito de dejar bien claro el mensaje a todos los auditorios internos, de que este movimiento responde plenamente a los intereses de la máxima dirección, por lo cual nadie debe cuestionarlo".
"Una vez más se están dando pasos de mucha importancia para todos, sin contar con el pueblo", fustigó.
La nueva Rusia
Campos describió en su artículo a la Rusia actual como un "gigante núcleo económico político y militar más, de la era imperialista". Cuba, por su parte, ha quedado "como electrón extraviado del 'socialismo de estado' fracasado, en busca de sostén internacional", dijo.
Quizá la estrategia de La Habana se deba a que "el electrón suelto (…) necesitado de una fuerte ayuda económica, no encuentra hoy otro núcleo duro al que acercarse, para seguir sobreviviendo", ante el peligro que representan los problemas internos de Venezuela, agregó.
"Rusia tendría nuevamente que pagar un alto precio por el apoyo de su viejo aliado caribeño". Pero "no hay claridad respecto a cuánto tendrá que pagar Cuba", alertó.
El acercamiento a Rusia y las posibles represalias de Washington "pueden traernos graves consecuencias y pueden redundar en una mayor represión contra la oposición interna, en una paralización de las ya lentas medidas de la 'actualización' y en más sufrimientos para el pueblo cubano en general", dijo Campos.
La estrategia "quizás le sirva a la elite político-militar (cubana) para extender un tiempo más su pleno control de la política y la economía", pero tiene "muchos peligros y eventuales complicaciones para el futuro" de Cuba, advirtió.