Más de 18.400 reses murieron en 2013 por "falta de alimentos y cuidados" tan solo en Villa Clara, informó la prensa oficial de la Isla, reporta EFE.
La escasez de ganado vacuno, que afecta desde hace décadas el suministro de carne y leche a la población, es un motivo constante de malestar en la Isla, por lo que "resulta muy complejo entender un problema de ese tipo", reconoció el diario oficial Granma.
"Hay situaciones, como la alta mortalidad vacuna, que se repiten año tras año, sin que hasta la fecha haya aparecido la solución a un flagelo que ha impedido el esperado crecimiento de la masa ganadera en el país, además de su incidencia en el cumplimiento de los planes de entrega de leche y carne", dijo el órgano del Partido Comunista.
Los datos indican que en Villa Clara murieron en 2013 un total de 18.407 reses —entre vacas y terneros—, unas 1.142 más que en 2012, a lo que se suma la pérdida de más de 4.600 animales por hurto reportada en los últimos dos años, pese a que ese delito es severamente castigado por las leyes de la Isla.
Como principal causa de esas muertes, el periódico mencionó la "falta de responsabilidad y de control sobre la masa ganadera y los recursos que el Estado asigna para el desarrollo del sector, así como la carencia de una estrategia capaz de garantizar la alimentación de los vacunos en la etapa de sequía".
Aunque no ofreció cifras del resto del país, Granma destacó la "dimensión de un problema que cada año repercute dañinamente" en la economía, y subrayó "la necesidad de buscar alternativas capaces de preservar y fomentar la masa ganadera".
Recordó que solo en 2011 la industria cubana dejó de recibir unos 30 millones de litros de leche para cumplir sus planes, por lo que el país gastó 14 millones de dólares adicionales para comprar leche en polvo y cubrir demandas.
El desarrollo del ganado vacuno es un tema sensible para la economía de la Isla, que ha visto declinar abruptamente el sector en las décadas siguientes al triunfo de la revolución.
En la Isla, la matanza de ganado vacuno solo está permitida en instalaciones estatales y la carne de reses sacrificadas ilegalmente se vende en el mercado negro.
El Código Penal dedica todo un capítulo al sacrificio ilegal de ganado mayor y su venta, con sanciones de cuatro a diez años de cárcel para quienes sacrifiquen las reses sin autorización estatal, y de tres a ocho años de prisión para quienes transporten o comercien esa carne al margen de la ley.