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Represión

La noche de las tijeras largas

El 25 de septiembre de 1968 se desató una ofensiva contra quienes Castro llamó 'lumpencitos', 'vagos' y 'feministoides'. Los ecos de entonces todavía resuenan hoy.

La Habana

El 13 de marzo de 1963, durante un acto conmemorativo en la escalinata de la Universidad de La Habana, Fidel Castro expresó: "Por ahí anda un espécimen, otro subproducto que nosotros debemos combatir (…), muchos de esos 'pepillos' vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos, algunos de ellos con una guitarrita en actitudes 'elvispreslyanas'. Y han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública, a organizar sus 'shows feminoides' por la libre (…), todos son parientes, el lumpencito, el vago, el 'elvispreslyano', el pitusa".

Luego, Castro añadió: "Que no se crean esos 'pepillos' que las calles de La Habana son las de Miami".

También un 13 de Marzo, pero de 1968, el propio Castro daba el pistoletazo de arrancada para la denominada Ofensiva General Revolucionaria, operación que dio el tiro de gracia al pequeño y mediano negocio privado y que también mató la vida nocturna en la capital y en todo el país.

En los meses finales de 1967, en Checoslovaquia, comenzó el proceso de democratización social recordado como "la primavera de Praga"; algo que encendió la luz de alarma en casi todos los países vinculados al eje soviético.

El 21 de agosto de ese año el poder militar ruso ocupo Checoslovaquia y desarticuló al Gobierno de ese país con la anuencia del entonces hombre fuerte del Kremlin, L. I. Brezhnev. Ese mismo año de 1968, en mayo, tuvo lugar la rebelión estudiantil que puso Francia patas arriba.

Mientras tanto, en Cuba, durante los meses posteriores a marzo de 1968, el público habitual de los centros nocturnos clausurados deambulaba intentando matar el tedio, Rampa arriba y Rampa abajo. Dar la vuelta a la torre central de la Heladería Coppelia se combinaba con las estancias en la terraza de la cafetería conocida como El Carmelo de 23, cerca de la intersección de esta calle y la Avenida de los Presidentes.

Otros lugares frecuentados eran la terraza de la cafetería de N y 21, a un costado del Hotel Capri, los jardines del Hotel Nacional y el área donde se hallaba ubicada, en ese entonces, la Casa de la Cultura Checoslovaca.

Un segmento de jóvenes, a los que se denominaba con el calificativo de "enfermitos", paseaba por La Rampa bajo riesgo. Allí llegaban también los "pepillos" de entonces, con sus apretados pantalones de caqui chino, sus camisas desmangadas con adornos tejidos y las botas de trabajo modificadas. El pelo largo era el privilegiado dolor de cabeza de algunos.

Por esos días, el joven poeta holguinero Delfín Prats leía en público su poemario Lenguaje de mudos. El Álbum blanco de The Beatles era escuchado a hurtadillas.

Al mismo tiempo, Ana Lasalle y una corte de entusiastas pandilleros "comecandelas", asolaba el Vedado. La señora actriz y furibunda comunista empuñaba sus tijeras contra melenas y minifaldas. Esas tijeras se hicieron más largas la noche del 25 de septiembre de 1968, hace hoy exactamente 45 años.

Alrededor de las 9 de la noche de ese sábado, un cerco policial con efectivos uniformados y de civil cayó sobre la zona. Indistintamente fueron presos desde los transeúntes casuales hasta los proxenetas que asediaban el Hotel Capri, donde en ocasiones se hospedaban marineros griegos o franceses provenientes de barcos anclados en el puerto. Los detenidos fueron clasificados en tres grupos: Homosexuales, Hippies, y la tercera denominación: Conducta impropia.

Según cuentan quienes vivieron los hechos, dos de los integrantes del grupo de rock Los Pacíficos fueron detenidos muy cerca de la esquina de N y 23. Aquel grupo, al igual que otro nombrado Los de León (luego Los Kents), eran muy populares por esa época entre los jóvenes seguidores del rock en la zona del Vedado.

El grupo Los Pacíficos no sobrevivió a las consecuencias de aquella dura y amarga noche y se desintegró.

En su discurso del martes 28 de septiembre, Fidel Castro se refirió a lo acaecido el sábado anterior. Justificó la redada como parte de la ofensiva que se libraba contra las "lacras sociales". Acusó de manera general a los detenidos como involucrados en la vagancia, el proxenetismo con menores de edad y otros calificativos por el estilo.

El domingo 12 de octubre, el periódico Juventud Rebelde publicó un extenso compendio a propósito de la redada ocurrida días antes. El titular rezaba Destruido un sueño yanqui, los chicos del cuarto mundo.

Además, aparecían otros textos, al estilo de ¿Cómo pensaban y actuaban las bandas juveniles convertidas en vehículo de propaganda imperialista? También se incluía un reportaje fotográfico, con imágenes de algunos de los muchachos detenidos, bajo el título de ¿Es esto lo que usted quiere para su hijo?

En específico, un escrito del periodista Alfredo Echarry apuntaba: "Alentados por los héroes de papel del imperialismo e inspirados en el funcionamiento de sus pandillas juveniles, pretendieron dar una estructura a su desorganización. De inmediato comenzaron a surgir grupos o bandas a los que identificaban con diferentes nombres, entre ellos: The Zids, Los Chicos Now, Los Chicos Melenudos, Los Betts, Los Chicos de la Flor, Los Chicos del Crucifijo, Los del Palo, Los Sicodélicos, Los del Banano…". Dentro del texto de Echarry, el término "divisionismo ideológico" era el estigma condenatorio.

Hoy, 45 años después, los fantasmas de aquella noche de las tijeras largas parecen revivir en los centros educacionales cubanos. La ofensiva "moralizante" del raulismo evoca a los demonios de "la noche de las tres P" y el aciago 25 de septiembre de 1968.

Aunque parezca increíble, el terror revolucionario acecha aún, listo para atacar y "meter en cintura" a una sociedad cada día más desencantada e insumisa.

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