En 1997 el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) sustituyó el trabajo socorrista de la Cruz Roja con la creación del Sistema Integral de Urgencias Médicas (SIUM). El objetivo era mejorar la calidad de los servicios de emergencia. El sistema quedó constituido con un Centro Coordinador de Emergencia Nacional, radicado en La Habana y 14 centros provinciales. Los centros dirigen las acciones para responder las demandas, clasificarlas y enviar las ambulancias a prestar el servicio.
Las normativas del SIUM establecen 10 minutos entre la llamada de auxilio y la respuesta (envío de ambulancia). En 2008 el diario Granma publicó una nota sobre los "cuantiosos recursos" asignados por el Gobierno para la compra de equipos y piezas dirigidos a perfeccionar el servicio de ambulancias destinadas a urgencias médicas. La inversión proveería a las ambulancias de respiradores artificiales, motores, monitores de vigilancia cardíaca y otros componentes utilizados en las unidades móviles.
La grave realidad
Con la intención de mejorar el tiempo de rescate y remediar el déficit de personal, las 15 bases de ambulancias habaneras fueron reunificadas en seis. Una de las unidades, Base Centro, enclavada en el municipio de Plaza, cuenta con 27 ambulancias de las cuales funcionan solo 12. Con ellas deben prestar servicio a los municipios de Centro Habana, Habana Vieja, Cerro y Plaza, que reúnen un total de 569.812 habitantes.
De esas 12 ambulancias, dos fueron reservadas para emergencias. Otras cinco fueron convertidas en micro (ambulancias colectivas) para transportar hasta ocho pacientes sentados. Tres fueron destinadas a llevar a los pacientes a consultas (son llamadas "trompos" por sus recorridos de ida y vuelta). Y en la base se encuentran las dos últimas, paralizadas por falta de camillas, lo cual ha sido reportado por los directivos como "fuera de servicio por carencia de personal".
La enfermera Idalmis González Castillo, exdirectora de la Base Centro, expulsada del SIUM la pasada semana por denunciar la corrupción en el sistema de urgencias, accedió a hacer declaraciones para DIARIO DE CUBA.
"Están engañando a la gente al decir que tenemos un SIUM preparado, listo para rodar y rescatar personas", dijo.
González aseguró que para los actos públicos convocados por el Gobierno se crea una imagen de efectividad del servicio de urgencias.
"Usted quiere ver que llega el Primero de Mayo, sacan las ambulancias del taller y le montan a la gente a como de lugar y hay que estar en la Plaza… Y cuando se acaba el desfile hay que devolverlas al taller."
Agrega Idalmis que "existen cinco Puestos Médicos de Avanzada (PMA) equipados con todo". Pero las ambulancias de dichos puestos "cubren las actividades protocolares y las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular".
Pedro García Hernandez, conductor paramédico de la Base Centro, declaró que "los equipos de desfibrilación de las ambulancias no tienen baterías. Hay que conectarlos a la corriente para trabajar con ellos porque las baterías de estos equipos están explotadas".
Agregó que los monitores para signos vitales no funcionan en ninguna de las ambulancias. "Solo la 13 y la 26 mantienen el funcionamiento de las plantas de radio", reveló.
"La única ambulancia donde funcionan los equipos es la 20, que tiene una batería instalada por un trabajador, pero se la llevaron para el taller por problemas de chapistería."
Manifestó el paramédico que "los micros están haciendo recorridos largos con los códigos 122 (cólera) y 113 (dengue)". Y concluyó: "Durante el trayecto los pacientes vomitan y se defecan contaminando a los acompañantes y la tripulación".
Personal no idóneo
Robos dentro de los domicilios durante la recogida de los pacientes, demoras en el servicio que han provocado muertes y demandas sin respuestas, son las quejas de los tributarios del servicio que revelan ineficiencia.
Luis A. Collazo, exdirector provincial del Centro de Urgencias Médicas, señaló al periódico Granma que el SIUM cuenta con equipos y personal entrenado en el rescate y la asistencia vital. Aunque señaló la existencia de "choferes no idóneos" para las ambulancias.
Sin embargo, la idoneidad también parece escasear entre los directivos. Pues el asesor de la dirección provincial, Inocencio Javier Ramírez Cortez, fue invalidado como enfermero al ser sancionado como cómplice de asesinato.
El caso más crítico se describe en la demanda 99, expedida el 8 de febrero del presente año. El desvío de la ambulancia hacia un destino sin aclarar favoreció el fallecimiento de Orelis Coipel Fernández, de 28 años, con seis meses y medio de embarazo.
El doctor Frank, quien se encontraba ese día de guardia en el Centro Coordinador de Urgencias del SIUM, declaró a DIARIO DE CUBA que dispuso "a tiempo el despacho de la ambulancia para el traslado de la gestante con una crisis de asma aguda".
La ambulancia 12, conducida por Julio César Acosta González, salió de la base a responder la demanda, pero nunca llegó a socorrer a Orelis Coipel, quien fue trasladada al día siguiente hacia el hospital Nacional, donde falleció.
Otro directivo, Julio César Acosta, fue ascendido a supervisor aunque posee un largo récord delictivo que incluye robo con violencia y violación de domicilio de forma reiterada, así como un asesinato infringiéndole golpes y corriente eléctrica a la víctima.
La corrupción
Un directivo del Centro Coordinador de Urgencias provincial que solicitó no ser identificado por temor a represalias, declaró que en 2008 Inglaterra donó 75.000 dólares para informatizar el SIUM. Tal donación estaba destinada a garantizar las comunicaciones directas entre las bases y la dirección nacional. Y también se pretendía implementar un sistema de GPS.
En 2010 los ingleses regresaron a la Isla para observar la implementación de la ayuda. Los directivos del SIUM acomodaron entonces un falso Centro Coordinador en el municipio Playa con computadoras inexistentes. Durante la visita, los dirigentes se hicieron pasar por enfermeros y telefonistas.
Afirma el paramédico Pedro García que Collazo, el director de entonces, "se retiró y poco tiempo después abrió una paladar". Y agrega: "En la actualidad existen dos GPS, uno en el carro 1 neonatal y otro en el 36, el móvil intensivo".
Pedro García alega que Nelson Vicente Lobo, quien fue removido de vicedirector de Coordinación a jefe del Departamento de GPS por utilizar las ambulancias para uso personal, "se lleva los equipos para su casa con el fin de repararlos, y no regresan".
"Hay equipos en las ambulancias que están vacíos por dentro", señala.
"La corrupción lleva años en el SIUM", asegura Idalmis González Castillo. "Durante el último cambio de dirección salieron a relucir 22 trabajadores fantasmas. Ivette Mora Cedeño, Marisela Ortega, Yilian López, eran bajas del SIUM y seguían llegando sus salarios. Con eso no se tomó ninguna medida", expresa.
El doctor Carlos Aragón, actual director provincial, declara al MINSAP 118 ambulancias en servicio. El dato contradice las más de 30 demandas diarias que realiza cada ambulancia con retardo de 12 horas y el aumento en las quejas de la población.
Refiere Pedro García que el pasado lunes las deficiencias provocaron una inspección del vicedirector de Transporte del MINSAP quien constató la falsedad de los datos ofrecidos por el dirigente.
Mentiras, corrupción, delincuencia y muerte, son las garantías del sistema de emergencias médicas de Cuba. Un servicio de cuya urgencia y profesionalidad podría depender la vida de cualquier cubano.